citando alarmante nuevos datos, la Organización para la Agricultura y la Alimentación (FAO) y el Programa Mundial de Alimentos (El PMA), subrayó que se necesitan “acciones urgentes y sostenidas” para abordar el empeoramiento de la situación alimentaria y nutricional en todo el país.
El hambre tiende al alza
Desde que se evaluó por última vez la situación en Burkina Faso en marzo, la inseguridad alimentaria aguda ha aumentado más del 50%, según el último análisis.
Y en un país que ya se tambalea por el conflicto y el cambio climático, la encuesta de la ONU señala que COVID-19 ha intensificado la incapacidad de las personas para ganar dinero para cubrir sus necesidades diarias.
“La pandemia de COVID-19 está exacerbando aún más una crisis que ya se estaba deteriorando a un ritmo preocupante, empujando a más y más personas a una grave crisis alimentaria y una aguda inseguridad alimentaria”, dijo Dauda Sau, Representante de la FAO en Burkina Faso.
Fase de emergencia
Mientras tanto, las provincias de Oudalan y Soum en la región del Sahel han entrado en la fase de emergencia de la inseguridad alimentaria, tal como se define en el análisis.
Se dice que alrededor del tres por ciento de las personas en estas áreas del norte están experimentando niveles catastróficos de inseguridad alimentaria aguda y enfrentan brechas extremas en el consumo de alimentos, lo que también está resultando en niveles alarmantes de desnutrición aguda.
“Estamos viendo un deterioro alarmante en la seguridad alimentaria en las partes más afectadas del país”, dijo David Bulman, Director de País y Representante del PMA en Burkina Faso.
Y muchos de los más afectados han sido desplazados de sus hogares por los combates en la región.
“Necesitamos tomar medidas inmediatas para revertir esta tendencia en las dos provincias. Sería nada menos que un desastre si toda una generación fuera aplastada por el conflicto, el desplazamiento y el hambre”, agregó.
Cambiando el curso
Muchos de los que corren mayor riesgo son agricultores de subsistencia y pastores de ganado.
Si bien la asistencia humanitaria urgente para salvar vidas y medios de vida es esencial para abordar las necesidades inmediatas, también lo son las inversiones a más largo plazo en los medios de vida rurales y los servicios sociales que, según los expertos, pueden ayudar a reforzar la cohesión social y contribuir a la paz.
“Podemos revertir esta tendencia si actuamos ahora apoyando al Gobierno para proteger los medios de vida, aumentar rápidamente la producción y disponibilidad de alimentos locales y ayudar a las poblaciones rurales a acceder a los alimentos”, afirmó el Representante de la FAO.
Tanto la FAO como el PMA han estado respondiendo a la crisis en Burkina Faso brindando asistencia alimentaria junto con la protección de los medios de subsistencia y el apoyo a las personas desplazadas y las comunidades de acogida que las reciben.