BRUSELAS >> Los legisladores europeos aprobaron la ratificación final del acuerdo comercial posterior al Brexit entre la Unión Europea y el Reino Unido, casi cinco años después de que Gran Bretaña decidiera abandonar el bloque.
El acuerdo, que se finalizó en Nochebuena, ya había sido ratificado por el Parlamento del Reino Unido y entró en vigor condicionalmente a la espera de la aprobación del Parlamento Europeo, lo que marca el último obstáculo legal.
Los legisladores del Parlamento Europeo respaldaron el tratado de libre comercio por 660 votos a favor, 5 en contra y 32 abstenciones. La votación tuvo lugar el martes, pero los resultados no se anunciaron hasta el miércoles por la mañana.
El Reino Unido se había unido al bloque en 1973.
En un debate previo a la votación, muchos legisladores lamentaron la partida de Gran Bretaña, pero insistieron en que ratificar el texto era la mejor opción para evitar trastornos económicos y garantizar la integridad del mercado único de la UE.
En medio de las tensiones en curso entre Londres y Bruselas sobre las normas comerciales de Irlanda del Norte, el Parlamento de la UE también dijo que el acuerdo proporcionará herramientas legales adicionales para "prevenir y proteger contra divergencias unilaterales de las obligaciones que ambas partes firmaron".
A principios de este año, la Unión Europea acusó a Gran Bretaña de violar el derecho internacional después de que el gobierno del Reino Unido extendiera unilateralmente hasta octubre un período de gracia para no realizar controles sobre los bienes que se mueven entre Irlanda del Norte y el resto del Reino Unido. La medida llevó a la UE a iniciar acciones legales contra su antigua nación miembro.
Irlanda del Norte es parte del Reino Unido, pero siguió siendo parte del mercado único de bienes de la UE después del Brexit para evitar controles aduaneros en la frontera del territorio con Irlanda, miembro de la UE. Una frontera irlandesa abierta ayudó a apuntalar el proceso de paz que puso fin a décadas de violencia sectaria en Irlanda del Norte.
Pero las tensiones y la violencia se han intensificado en las últimas semanas, y los sindicalistas dicen que el acuerdo que el gobierno británico y la UE elaboraron equivale a la creación de una frontera entre el territorio y el resto del Reino Unido.
La sensibilidad del estatus de Irlanda del Norte también se vio en septiembre cuando el Parlamento del Reino Unido consideró una legislación que le habría dado al gobierno del primer ministro Boris Johnson el poder de anular parte del acuerdo de salida del Brexit relacionado con Irlanda del Norte.
La tensión aumentó en enero cuando la UE amenazó con prohibir los envíos de vacunas contra el coronavirus a Irlanda del Norte como parte de las medidas para apuntalar el suministro del bloque. Eso habría trazado una frontera dura en la isla de Irlanda, exactamente el escenario para el que se diseñó el acuerdo Brexit.
Las relaciones entre la UE y el Reino Unido han sido tensas desde que finalizó el período de transición del Brexit el 1 de enero. Las dos partes han discutido en lo que va del año sobre temas que van desde el suministro de vacunas contra el COVID-19 hasta el pleno reconocimiento diplomático de la UE en Gran Bretaña.
