Las autoridades iraníes parecen estar intensificando una campaña de represión contra una minoría religiosa en conflicto, supuestamente intentando identificar a jóvenes miembros de la fe y convertirlos al Islam en contra de los deseos de sus padres.
Los defensores de los derechos humanos también describen allanamientos en las casas de docenas de miembros de la fe bahá'í en las últimas semanas y la incautación de propiedades pertenecientes a la minoría religiosa.
“Esta es una guerra de religión”, dijo Karim Lahidji, de la Federación Internacional de Derechos Humanos (FIDH), un grupo de defensa. “La existencia de bahá'ís en Irán se opone a la ideología de las autoridades islámicas. Lo llaman una facción política, y no una religión. La represión tiene un fin político y religioso”.