“Estamos devastando los propios ecosistemas que sustentan nuestras sociedades”, advirtió el jefe de la ONU en su mensaje por el Día, que se conmemora el sábado.
Nuestra degradación del mundo natural está destruyendo los alimentos, el agua y los recursos necesarios para sobrevivir, y ya socava el bienestar de 3.2 millones de personas, o el 40 % de la humanidad.
Pero, afortunadamente, la Tierra es resiliente y “todavía estamos a tiempo de revertir el daño que hemos hecho”, agregó.
Salvaguardando el planeta
Al restaurar los ecosistemas, dijo que “podemos impulsar una transformación que contribuya al logro de todos los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS)”.
“Lograr estas cosas no solo salvaguardará los recursos del planeta. Creará millones de nuevos puestos de trabajo para 2030, generará rendimientos de más de $7 billones de dólares cada año y ayudará a eliminar la pobreza y el hambre”.
'Llamada a la acción mundial'
El jefe de la ONU describió la década de la restauración como "un llamado global a la acción" que reunirá "apoyo político, investigación científica y fuerza financiera para ampliar masivamente la restauración".
Señaló que los próximos 10 años son “nuestra última oportunidad de evitar una catástrofe climática, revertir la marea mortal de contaminación y terminar con la pérdida de especies”.
“Todo el mundo puede contribuir”, dijo el Secretario General. “Entonces, que hoy sea el comienzo de una nueva década, una en la que finalmente hagamos las paces con la naturaleza y aseguremos un futuro mejor para todos”.
Llamado a nueva norma de derechos humanos
Mientras tanto, ONU independiente derechos humanos Los expertos han pedido a la ONU que reconozca formalmente que vivir en un entorno seguro, saludable y sostenible es “de hecho un derecho humano”.
“De los 193 miembros de la ONU, 156 han incluido este derecho en sus constituciones, leyes y tratados regionales, y es hora de que las Naciones Unidas brinden liderazgo al reconocer que todo ser humano tiene derecho a vivir en un medio ambiente limpio”, dijeron en a declaración conjunta marcando el Día Mundial del Medio Ambiente.
“La vida de miles de millones de personas en este planeta mejoraría si se adoptara, respetara, protegiera y cumpliera tal derecho”, agregaron los expertos de la ONU.
Casi 50 años después de la Declaración de Estocolmo sobre el Medio Humano, en el que los Estados miembros declararon que las personas tienen el derecho fundamental a “un medio ambiente de una calidad que permita una vida digna y de bienestar”, ha llegado el momento de tomar medidas concretas, dijeron, pidiendo tanto a los Consejo de Derechos Humanos y la Asamblea General a tomar medidas.
Catalizador para la acción
Un aumento en las enfermedades emergentes que saltan de los animales a los humanos, como COVID-19, junto con la emergencia climática, la contaminación tóxica generalizada y una pérdida dramática de biodiversidad, han colocado el futuro del planeta en el primer lugar de la agenda internacional.
Los expertos dijeron que los derechos humanos deben estar en el centro de cualquier medida para enfrentar la crisis ambiental.
“Poner los derechos humanos en el centro de estas acciones aclara lo que está en juego, cataliza acciones ambiciosas, enfatiza la prevención y, sobre todo, protege a las personas más vulnerables de nuestro planeta”, afirmaron. “Podríamos, por ejemplo, transformar verdaderamente nuestro mundo pasando de los combustibles fósiles a las energías renovables, creando un entorno circular y sin residuos. economia, y pasar de la explotación dañina de los ecosistemas a vivir en armonía con la naturaleza”.
En un mundo donde la crisis ambiental global causa más de nueve millones de muertes prematuras cada año y amenaza la salud y la dignidad de miles de millones de personas, los expertos sostuvieron que “la ONU puede ser un catalizador para una acción ambiciosa al reconocer que todos, en todas partes, tienen el derecho a vivir en un ambiente sano”.
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Los relatores especiales y los expertos independientes son designados por el Consejo de Derechos Humanos de la ONU con sede en Ginebra para examinar e informar sobre un tema específico de derechos humanos o la situación de un país. No son personal de la ONU ni reciben remuneración por su trabajo.