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Viernes, Marzo 29, 2024
Sector educativoCómo el sanguinario sultán luchó contra la embriaguez en el Imperio Otomano

Cómo el sanguinario sultán luchó contra la embriaguez en el Imperio Otomano

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¿Cortarte las piernas o la cabeza y dejarlas en la plaza para la edificación de los demás? ¡Fácil! Entonces el sultán Murad IV luchó contra la embriaguez en el Imperio Otomano. También cortó las narices de los que inhalaban tabaco y ejecutó a los funcionarios por la menor ofensa. E incluso consiguió espías para que definitivamente no bebieran café y vino en la ciudad. ¿Cómo luchó el Imperio Otomano contra el alcoholismo? ¿Y quién fue el sultán más sanguinario de la historia?

Sultan es un tirano

Murad IV fue el sultán más sanguinario del Imperio Otomano. Tuvo que convertirse en un tirano: en esos días el país necesitaba una mano firme para no hundirse en la agitación. No perdonó a los enemigos, a los civiles de las ciudades capturadas e incluso a sus súbditos. El sultán Murad mostró una crueldad particular con aquellos que no hicieron caso de sus decretos. El gobernante infundió en sus contemporáneos asombro y horror. La gente incluso tenía miedo de su nombre.

Bajo Murad IV, hubo una ley seca en el país y el sultán personalmente mantuvo el orden. Una vez, el padishah encontró al jardinero y su esposa bebiendo vino. Inmediatamente ordenó cortarles las piernas y dejarlas sangrar frente al asombrado público. A otros los empaló, privados de sus cabezas o manos.

Bajo el sultán Murad, generalmente no era dulce: lo encontraron con tabaco: muerte, bebieron café: muerte, pasaron sin una linterna después de una oración nocturna: muerte. La orden fue seguida por espías vestidos como la gente del pueblo. Patrullaron las calles y hasta olfatearon las chimeneas de los tejados – Dios no lo quiera, lo que está prohibido. Al propio sultán le gustaba salir a la ciudad vestido de plebeyo y pedir a los mercaderes que le vendieran tabaco. Luego cortó personalmente la cabeza de los que estuvieron de acuerdo.

Buenas acciones

A pesar de la sed de sangre, Murad IV dejó un buen legado al Imperio Otomano. Bajo su mando, se construyeron activamente mezquitas y escuelas, se desarrolló la ciencia y el inventor Ahmed Chelebi incluso voló con alas. Reforzó la flota, recuperó tierras perdidas y restableció el orden en un país debilitado.

Misteriosa muerte de Murad IV

Dicen que el propio sultán no era reacio a empeñar por el cuello. Por lo tanto, murió a la edad de 27 años de una misteriosa enfermedad sospechosamente similar a la cirrosis del hígado. Murad logró restablecer el orden en el país y concebir hasta 32 hijos.

Hoy en día, el alcohol está permitido en Turquía, pero muchos residentes locales se han mantenido fieles a las tradiciones.

Ilustración: Murad IV es el hijo de Kesem Sultan. Se le describe en la serie de televisión turca “El siglo magnífico. Imperio de Kesem”.

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