Por Linda Bordoni
En un mundo envenenado por las toxinas del egoísmo, el individualismo, por una cultura de la indiferencia y el derroche, el Papa Francisco elogió la belleza de la familia y dijo que “hoy más que nunca” nos sentimos obligados a defenderla.
El Papa hablaba durante la homilía en una Misa de acción de gracias el sábado al final del X Encuentro Mundial de las Familias que se viene desarrollando en el Vaticano sobre el tema “Amor familiar: vocación y camino de santidad”.
El evento de cinco días, organizado por el Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida, concluye el domingo cuando el Papa Francisco se dirigirá a las familias durante el Ángelus.
Describió los momentos de reflexión y de compartir, con su rica variedad de experiencias, proyectos y sueños, inquietudes e incertidumbres, que han tenido lugar durante el Encuentro Mundial de las Familias, describiéndolo como “una especie de gran constelación”. A todos los presentes les dijo: “Padres, madres e hijos, abuelos, tíos y tías, adultos y niños, jóvenes y viejos”, cada uno trayendo una experiencia diferente de familia, pero con una misma esperanza y oración.
El Papa Francisco luego reflexionó sobre las lecturas litúrgicas del día que arrojan luz sobre diferentes aspectos del amor conyugal y familiar.
La familia es el lugar donde aprendemos a amar
En la Carta de San Pablo a los Gálatas, dijo que el Apóstol nos dice que la libertad que Dios nos ha dado está totalmente orientada al amor, para que “por el amor seáis siervos los unos de los otros” (Gál. 5).
Dirigiéndose a las parejas casadas, elogió su valiente decisión de construir una familia y “usar vuestra libertad no para vosotros mismos, sino para amar a las personas que Dios ha puesto a vuestro lado”.
En lugar de vivir como pequeñas islas, dijo, se convirtieron en "servidores unos de otros".
Así se ejerce la libertad en la familia, explicó el Papa Francisco, no hay “planetas” ni “satélites”, cada uno viajando en su propia órbita. La familia es el lugar del encuentro, del compartir, del salir de nosotros mismos para acoger a los demás y estar junto a ellos.
Aun cuando reafirmamos esto con profunda convicción, dijo, sabemos muy bien “que no siempre es así, por una serie de razones y una variedad de situaciones”.
“Y así, al alabar la belleza de la familia, también nos sentimos obligados, hoy más que nunca, a defender a la familia. No permitamos que la familia se envenene con los venenos del egoísmo, del individualismo, de la cultura actual de la indiferencia y el derroche, y como consecuencia pierda su propio ADN, que es el espíritu de acogida y de servicio”.
Relación entre generaciones
El Segundo Libro de los Reyes habla de la relación entre los profetas Elías y Eliseo. Nos recuerda, dijo el Papa, la relación entre generaciones, la “transmisión del testimonio” de padres a hijos.
Dijo que en un mundo en el que todo parece caótico y precario, algunos padres temen “que los niños no puedan encontrar su camino en medio de la complejidad y la confusión de nuestras sociedades”. Este miedo, agregó, hace que algunos padres se sientan ansiosos y otros sobreprotectores.
Pero reflexionando sobre la relación entre Elías y Eliseo en la que Dios nos muestra que tiene confianza en la nueva generación, el Papa Francisco dijo: “¡Qué importante es que los padres reflexionen sobre la forma de actuar de Dios!”.
“Dios no es ansioso ni sobreprotector; por el contrario H.e confía en los jóvenes y llama a cada uno de ellos a escalar las alturas de la vida y de mision", Dijo.
Y animó a los padres a no proteger a sus hijos “de las más mínimas penalidades y sufrimientos, sino de tratar de comunicarles la pasión por la vida, de suscitar en ellos el deseo de descubrir su vocación y abrazar la gran misión que Dios tiene en mente para ellos”. a ellos."
“Queridos padres -dijo-, si ayudáis a vuestros hijos a descubrir ya aceptar su vocación, veréis que también ellos serán 'atrapados' por esta misión; y encontrarán la fuerza que necesitan para afrontar y superar las dificultades de la vida”.
Un viaje interminable
Finalmente, el Evangelio de Lucas nos dice que “Seguir a Jesús significa emprender con él un “viaje” interminable a través de los acontecimientos de la vida.
El Papa dijo que nuestra vocación cristiana nos llama a vivir “el matrimonio y la vida familiar como una misión, demostrando fidelidad y paciencia a pesar de las dificultades, los momentos de tristeza y los momentos de prueba”.
Inevitablemente, dijo, habrá momentos de “resistencia, oposición, rechazo e incomprensión nacidos de los corazones humanos”, pero con la gracia de Cristo, estamos llamados a “transformarlos en aceptación de los demás y amor gratuito”.
Al aceptar el llamado al matrimonio y la familia, las parejas emprenden un viaje, “sin saber de antemano adónde conducirá exactamente, y qué nuevas situaciones, eventos inesperados y sorpresas eventualmente les depararán”, dijo.
La Iglesia nació de una familia
El Papa Francisco concluyó invitando a las familias a seguir mirando hacia adelante “como Jesús siempre nos precede en el camino en el amor y el servicio; Los animó a compartir la alegría del amor familiar que debe estar siempre abierto, dirigido hacia afuera, capaz de 'tocar' a los débiles y heridos, a los frágiles de cuerpo y de espíritu, ya todos los que se encuentran en el camino”; y asegurándoles que la Iglesia es ellos y in ¡ellos!