Los arqueólogos han excavado un antiguo santuario ubicado cerca de manantiales geotérmicos en el municipio italiano de San Casciano dei Bani. Los investigadores lograron encontrar más de tres mil monedas, así como artefactos de bronce de sacrificio en forma de varias partes del cuerpo humano: oreja, pierna, útero y falo. De esta forma, durante la época romana, la gente esperaba librarse de enfermedades, informa la agencia italiana ANSA. San Casciano dei Bani se encuentra en la provincia italiana de Siena. Es conocido por sus manantiales geotérmicos, que la gente ha estado utilizando desde la época de los etruscos.
Las excavaciones arqueológicas han revelado baños al aire libre, restos de baños romanos, así como un santuario romano de varias capas construido bajo Octavian Augustus en el sitio de un santuario aún más antiguo que data de la época etrusca. En el siglo I d.C. este complejo de culto sufrió graves daños por un incendio, tras lo cual fue restaurado y ampliado. A principios del siglo IV fue reconstruida de nuevo, pero hacia su final fue destruida, lo que evidentemente estaba relacionado con la cristianización de la zona. La investigación de este monumento ya ha traído muchos hallazgos valiosos. Por ejemplo, se encontró una gran cantidad de monedas, tres altares dedicados a Apolo, Isis y Fortuna Primigenia, una estatua de mármol de la diosa Hygia. Un gran número de obsequios demuestran que el santuario era de gran importancia y se utilizaba, entre otras cosas, para realizar ritos de culto en las termas. Este año, los arqueólogos ya están realizando la sexta temporada de excavaciones en este monumento. Entre los nuevos hallazgos se encuentran más de tres mil monedas, objetos de bronce con la forma de diferentes partes del cuerpo, como piernas, orejas, pene y útero. Los investigadores señalan que las ofrendas en lugares asociados con la curación a menudo se hacen en forma de objetos que representan partes del cuerpo enfermas. Por ejemplo, un útero de bronce raro de sacrificio aparentemente estaba destinado a ayudar en el nacimiento de un niño. Los eruditos han encontrado a veces objetos similares, pero hechos de terracota, en templos etruscos y romanos.
Esta temporada, los arqueólogos ampliaron significativamente el área de excavación, como resultado de lo cual lograron encontrar evidencia de un gran colapso que ocurrió a fines del siglo III. Luego se formó un agujero con una profundidad de más de dos metros en el suelo, que dañó los edificios circundantes: piscinas, columnatas y edificios. Luego, los romanos construyeron un altar en el mismo embudo para apaciguar a las deidades disgustadas. La escala revelada del santuario, según el arqueólogo Jacopo Taboli, resultó ser mucho mayor de lo esperado. Según él, este monumento no tiene análogos ni en Italia ni en el Mediterráneo.