¿Por qué a los niños les gusta mentir y cómo destetarlos?
Casi todos los niños, tarde o temprano, escuchan la historia de Pinocho, cuya nariz crecía con cada mentira. Después de lo cual se recuerda la historia cada vez que ella misma miente sobre algo. ¿Por qué a los niños les gusta mentir y cómo destetarlos? ¿Hay realmente algún punto en hacer esto en absoluto?
Por qué y sobre qué mienten con más frecuencia
Los casos más comunes en los que los niños mienten son: para encubrir alguna mala acción que les traería problemas y castigos; poner a prueba las reacciones, la paciencia y los nervios de sus padres; para hacer su historia más emocionante; llamar la atención y así sentirse más significativo; conseguir algo que desean mucho; para no herir los sentimientos de alguien (la llamada mentira piadosa).
Los niños pueden aprender a mentir desde una edad temprana, generalmente alrededor de los 3 años. Sucede cuando el pequeño empieza a darse cuenta de que no puedes leer su mente y puede que te diga cosas que no son ciertas sin que tú siempre te des cuenta.
Pero la edad en la que los niños consumen más mentiras es en torno a los 4-6 años. Luego se convierten en verdaderos expertos en esta actividad, y con cada emisión de otra ficción, mejoran sus habilidades cada vez más cualitativamente. En este período, también aprenden a relacionar sus mentiras con las expresiones faciales y el tono de voz del oyente. Fácilmente atraparás al pequeño mentiroso si lo observas cuidadosamente y observas cómo se comporta mientras cuenta hechos que sabes con certeza que no son ciertos.
A medida que los niños crecen, se vuelven más hábiles para mentir y ahora pueden usar la ficción de una manera que no los atrape ni los exponga. Y sus mentiras se vuelven más complicadas porque ya tienen muchas más palabras para manejar y una mejor comprensión de cómo piensan otras personas.
En la adolescencia, los niños suelen usar mentiras piadosas para evitar herir los sentimientos de los demás.
Anímelos a decir la verdad.
Una vez que tengan la edad suficiente para comenzar a comprender la diferencia entre la verdad y la mentira, es bueno comenzar a alentarlos a decir solo la verdad y apoyarlos cuando lo hagan. Enfatice la importancia de la honestidad en la familia y ayude a los niños a comprender lo que puede suceder cuando dicen mentiras.
Aquí hay algunos consejos útiles que te ayudarán a superar este problema más fácilmente.
– Cuando atrapes al pequeño mentiroso en una mentira, no te apresures a castigarlo, sino discute la mentira y dile la verdad. Ayude al niño a evitar situaciones en las que sienta la necesidad de mentir. Por ejemplo, si le preguntas si derramó la leche a propósito para no beberla, puede sentirse tentado a mentir. Para evitar esta situación, simplemente diga: “Veo que hubo un accidente con la leche. ¡Limpiemos juntos!”.
– Elogie al niño cuando admita que ha hecho algo mal y ayúdelo a resolver el problema. Y ser un modelo a seguir para decir la verdad. Cuéntale cómo le confesaste a tu jefe cuando cometiste un error y él te ayudó a arreglarlo en lugar de regañarte.
– Utilice chistes para animar al niño pequeño a defenderse de las mentiras no conflictivas. La simulación y la imaginación ayudan mucho en este caso. Sobre todo si el niño es menor de 4 años.
– Si su hijo le está contando una historia que inventó sobre algo, puede responder admirando lo interesante que es y sugiriendo que la conviertan en un libro juntos. De esta manera fomentas su imaginación sin estimularlo a mentir.
Cuando los niños se dan cuenta de las mentiras
Si el niño miente con la clara conciencia de que se lo está inventando, el primer paso es decirle que mentir no es bueno. También debe saber por qué no es bueno. Puede hacer una regla familiar que diga que no se deben decir mentiras en casa. Así como fuera en realidad.
El siguiente paso es asegurarse de que cada mentira tenga las consecuencias apropiadas. Y cuando los use, trate de abordar la mentira y el comportamiento que la condujo, no solo castigue al niño.
Encuentre tiempo para hablar tranquilamente con el niño y explíquele cómo se siente cuando miente, cómo afecta su relación y qué puede pasar si en algún momento la familia y los amigos dejan de creerle.
Siempre cuéntale cuando sepas que no está diciendo la verdad. Pero nunca le preguntes si está diciendo la verdad o lo llames mentiroso, ya que esto conducirá a más fabricaciones. Es más correcto alentarlo a que hable abiertamente contigo.
Facilite que su hijo no mienta. Para ello, piensa en para qué podría servir la ficción. Si, por ejemplo, es para llamar su atención, piensen juntos en actividades adecuadas. Y si su objetivo es obtener algo, considere un sistema de recompensas que le permita ganarlo.
Y sigue elogiándolo cuando dice la verdad. El castigo no ayuda, pero los elogios tarde o temprano funcionan y el niño verá que no tiene sentido mentir.
Las mentiras graves
A veces los niños mienten o mantienen en secreto cosas serias. Difícilmente lo admitirían si fueran abusados o intimidados por otro niño o adulto, por ejemplo.
Si sospechas algo, es muy importante que el niño diga la verdad, asegurándole que no habrá consecuencias para él. Porque la mayoría de las veces piensa que la culpa es precisamente de él.
Asegúrele que estará a salvo si dice la verdad. Y prométele que harás todo lo que puedas para mejorar las cosas. Recuérdale cada vez que encuentres una solución a sus problemas.
El comportamiento de los niños es un indicador importante de su salud y desarrollo, así que preste siempre atención, ya que el comportamiento puede hablar más que las palabras.
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