El infrasonido aéreo puede mejorar las alertas de tsunami y otras respuestas de emergencia.
Los científicos del estado estadounidense de Alaska han descubierto que sensores que detectan cambios en la presión atmosférica debido a terremotos pueden recibir datos sobre grandes terremotos y explosiones que superan las capacidades máximas de muchos sismómetros, informa la edición electrónica “Euricalert”.
Los sensores que detectan infrasonidos inaudibles en el aire pueden mejorar las alertas de tsunami y otras respuestas de emergencia al mismo tiempo que reducen los costos.
El estudio realizado por expertos del Instituto Geofísico de la Universidad de Alaska en Fairbanks demuestra que estos dispositivos pueden determinar la magnitud de los terremotos con mayor precisión que algunos sismógrafos. La alerta inicial de tsunami se basa únicamente en la magnitud y ubicación estimadas.
Los sensores de infrasonido se utilizan comúnmente para otros fines, como la detección de explosiones de minas o detonaciones nucleares. También detectan deslizamientos de tierra, volcanes en erupción o meteoritos que ingresan a la atmósfera terrestre.
“Lo que hemos hecho es usar el infrasonido para un propósito para el que realmente no está diseñado”, dice Ken McPherson del Instituto Geofísico de Alaska. "Descubrimos que funciona bien para proporcionar datos completos para terremotos fuertes".
Estos detectores de infrasonidos se utilizan normalmente para fines no sísmicos, incluida la detección de explosiones en la industria minera o detonaciones nucleares. También registran deslizamientos de tierra, volcanes en erupción o meteoritos que ingresan a la atmósfera terrestre.
Los sensores registran cambios en la presión atmosférica causados por ondas de infrasonido, cuya frecuencia es menor que la que los humanos pueden escuchar.
Los sensores de infrasonido pueden registrar el rango completo del movimiento de la superficie de la Tierra durante un terremoto al captar los cambios en la presión atmosférica causados por el cambio de capas.
Los sismógrafos detectan el movimiento real de la superficie terrestre. El problema con ellos es que tienen un límite superior, lo que significa que pueden faltar datos de algunos terremotos grandes que superan este límite. Los sismógrafos también pueden fallar al detectar temblores más débiles si su epicentro está demasiado cerca del instrumento.
Los sismólogos pueden prevenir estas brechas, incluso mediante el uso de sensores de movimiento potentes. No tienen limitaciones cuando se trata de temblores fuertes, pero son más caros y menos precisos para detectar datos de los más débiles.
Los sensores de infrarrojos son más baratos y funcionan a la misma velocidad que los sismógrafos. Esto es especialmente importante en caso de un tsunami. El Centro Nacional de Alerta de Tsunamis de EE. UU. tiene solo cuatro minutos para enviar notificaciones en el momento en que ocurre un terremoto.
Foto de Ray Bilcliff: https://www.pexels.com/photo/giant-tsunami-wave-9156792/