En un suceso profundamente perturbador que ha conmocionado a la comunidad religiosa mundial, se produjo la explosión de una bomba durante una reunión de Testigos de Jehová en Kalamassery, cerca de la ciudad portuaria de Kochi (India). Este trágico incidente se saldó con la desgarradora pérdida de tres vidas y causó numerosos heridos.
Creo que es imprescindible examinar el incidente en detalle, sus implicaciones y arrojar luz sobre las tensiones interconfesionales más amplias que prevalecen en la región, incluida su relación con las responsabilidades de los organismos estatales en todo el mundo, no sólo en India, sino también en Europa.
El ataque en India contra los Testigos de Jehová
El responsable de este horrendo acto se identificó como un antiguo miembro de la iglesia que ahora mantiene una oposición radicalizada contra ellos (como el sangriento atentado ocurrido en Alemania en marzo de este año). Tras la explosión de la bomba, se entregó voluntariamente a la policía.
Aquel fatídico domingo, más de 2.000 personas asistían en el Centro Internacional de Convenciones de Zamra a una reunión de tres días de los Testigos de Jehová, cuando una explosión desgarró repentinamente a la multitud. El Director General de la Policía de Kerala, Darvesh Saheb, confirmó que se trataba de la explosión de un IED (artefacto explosivo improvisado). Este trágico incidente, que en un principio se cobró dos vidas en el acto, se cobró más tarde otra vida. La de una niña de 12 años, debido a las heridas causadas por el asesino.
El sospechoso, que se hace llamar Dominic Martin, publicó un mensaje de vídeo en las redes sociales en el que asumía la responsabilidad de sus actos antes de entregarse a las autoridades.
Esta revelación ha provocado una oleada de investigaciones por parte de la policía, según informa The Times of India, que está investigando sus afirmaciones y las injustificables razones de sus actos.
El incidente ha suscitado gran atención porque tuvo lugar en una comunidad que representa solo una pequeña parte de la composición religiosa de la India. Según el último censo de 2011, los cristianos representan alrededor del 2% de los 1.4 millones de habitantes de la India. Los Testigos de Jehová, un movimiento cristiano evangélico estadounidense conocido por sus actividades de evangelización puerta a puerta, tienen aproximadamente 60,000 miembros en la India, según la información del sitio web de su iglesia.
Atacar a grupos pacíficos
Este incidente es especialmente inquietante dados los principios pacíficos y no violentos que defienden los Testigos de Jehová, que además son políticamente neutrales. Se han enfrentado a persecuciones y restricciones en varios países y fueron de los que también sufrieron a causa de los nazis en el Holocausto.
La explosión de la bomba contribuye aún más a las tensiones entre las distintas comunidades de este próspero estado del sur, en el que viven más de 31 millones de personas. Según los datos del censo, los musulmanes representan aproximadamente el 26% de la población. Saheb instó a la población a mantener la paz y evitar compartir contenidos provocativos en las redes sociales.
Algunos medios de comunicación afirman que cabe mencionar que el día anterior a la explosión se produjo un acontecimiento no relacionado en el que Khaled Mashal, antiguo dirigente de Hamás, habló en un mitin a favor de Palestina en Malappuram, Kerala, a unos 115 km al norte del lugar de la explosión. Aunque no hay pruebas que vinculen estos dos sucesos, algunas publicaciones en las redes sociales han sugerido conexiones, lo que no ha hecho sino aumentar las tensiones.
El discurso de Mashal fue organizado por un grupo de solidaridad juvenil asociado al partido islámico Jamaat e Islami Hind de Kerala, una iniciativa que suscitó las críticas del partido gobernante Bharatiya Janata, nacionalista hindú.
Este trágico incidente pone de relieve la urgente necesidad de diálogo interreligioso y entendimiento dentro de nuestro diverso y complejo panorama sociorreligioso. Mientras prosiguen las investigaciones, es esencial tener presentes tanto a las víctimas como a sus familias y hacer hincapié en la paz y la unidad en estos tiempos difíciles, pero sin olvidar preguntarse cuál es la responsabilidad de los gobiernos cuando discriminan a las minorías religiosas y de los principales medios de comunicación cuando propagan la mencionada discriminación y calumnian a los movimientos religiosos como una forma casi "políticamente correcta" de hablar de ellos.
Los peligros del Odio legitimado por el Estado
La reciente explosión de una bomba en una reunión de los Testigos de Jehová en Kalamassery (India) es un sombrío recordatorio de las nefastas consecuencias de la intolerancia religiosa. Subraya los peligros potenciales cuando el odio, ya sea manifiesto o sutil, es propagado o condonado por los organismos estatales (y aumentado por los medios de comunicación) contra las minorías religiosas.
Las minorías religiosas, como los Testigos de Jehová en India y Europa, los musulmanes Ahmadiyya, los Baha'is, los miembros de Scientology y otros, se encuentran a menudo en el extremo receptor de los prejuicios sociales, que pueden verse exacerbados (si no producidos) por la hostilidad sancionada por el Estado. Y esto ocurre no sólo en India, Pakistán, Bangladesh, China y Rusia, sino también en todopoderosos defensores de los derechos humanos como Alemania, Francia, Hungría y otros. Lo sé, es increíble que se ponga a países como Alemania y Francia al nivel de Rusia o China, pero desgraciadamente hay similitudes.
Volviendo al caso actual, los Testigos de Jehová, movimiento cristiano evangélico, se han enfrentado a persecuciones y restricciones en todo el mundo, a pesar de su postura pacífica y políticamente neutral. El reciente incidente en la India, en el que se vio implicado un antiguo miembro de la iglesia, ha puesto de relieve la cuestión de la intolerancia religiosa y el papel que desempeñan los Estados y las organizaciones antirreligiosas en la radicalización de antiguos miembros de grupos.
En muchas sociedades, los organismos estatales influyen considerablemente en la formación de la opinión pública. Cuando estos organismos promueven o toleran los prejuicios contra las minorías religiosas, contribuyen indirectamente a crear un ambiente de hostilidad e intolerancia. Este tipo de atmósfera tiene el potencial de radicalizar a los individuos, impulsándolos hacia actos violentos y terroristas.
Una mirada atenta al papel de los organismos estatales en la propagación de la intolerancia religiosa
La idea de que el odio sancionado por el Estado puede ser un catalizador de actos de terror está respaldada por numerosos estudios e informes. Estas fuentes han puesto de relieve la correlación entre la discriminación patrocinada por el Estado y el aumento de los delitos motivados por el odio y los actos de terror. Por ejemplo, organizaciones como Human Rights Watch han llamado repetidamente la atención sobre casos en los que las políticas y la retórica estatales han fomentado un entorno propicio para los delitos motivados por el odio. Lo mismo han demostrado numerosos informes y análisis de Derechos Humanos sin Fronteras e incluso de la revista especializada BitterWinter.
En países como la India, con un panorama sociorreligioso diverso, el papel de los organismos estatales es aún más crucial. El fomento del odio o los prejuicios contra cualquier grupo religioso puede alterar el delicado equilibrio de la armonía religiosa.
El trágico incidente ocurrido recientemente en Kalamassery nos recuerda crudamente que el odio y la intolerancia descontrolados pueden degenerar en violencia. Pone de relieve la responsabilidad global de los organismos estatales de utilizar su influencia de forma responsable fomentando la unidad y el entendimiento en lugar de la división y la hostilidad.
Los organismos estatales tienen un papel crucial que va más allá del mero mantenimiento de la ley y el orden. Deben centrarse activamente en promover la tolerancia y el respeto religiosos. Para lograrlo, es necesario aplicar políticas, como las destacadas en el último informe del Relator Especial de la ONU sobre la libertad de religión o de creencias, que fomenten el diálogo interreligioso, programas educativos que promuevan la comprensión y la aceptación de las distintas confesiones y leyes estrictas contra la incitación al odio y los delitos.
Para concluir, la idea de que el odio sancionado por el Estado puede conducir a actos de terror tiene un peso significativo. Es un llamamiento a los organismos estatales de todo el mundo para que reflexionen sobre su influencia en la configuración de las perspectivas sociales hacia las minorías religiosas. Sólo promoviendo activamente la tolerancia y el respeto de todas las religiones podemos esperar prevenir incidentes tan trágicos en el futuro.
Referencias:
1. “La explosión de una bomba en una reunión de los testigos de Jehová en la India mata a tres personas y deja decenas de heridos” – The Times of India
2. “El sospechoso de la explosión de una bomba contra los Testigos de Jehová se entrega a la policía” – Press Trust of India
3. “Testigos de Jehová en la India” – Sitio web oficial de la Iglesia
4. “Tensiones intercomunales en el estado del sur de la India” – Datos del censo
5. “El ex líder de Hamas se dirige a una manifestación pro-palestina” – Declaración oficial del Partido Bharatiya Janata.
6. “El odio sancionado por el Estado y el aumento de los actos terroristas” – Human Rights Watch
7. “La intolerancia religiosa y su impacto en la sociedad” – Informes de las Naciones Unidas
8. “El papel de las agencias estatales en la promoción de la armonía religiosa” – Revista Internacional de Libertad Religiosa.
