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Jueves, mayo 2, 2024
SaludPor qué algunos sonidos nos molestan

Por qué algunos sonidos nos molestan

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Los sonidos que suelen causar problemas a las personas son muy fuertes o muy agudos.

"Algunos ejemplos comunes de sonidos muy fuertes o de alta frecuencia son las alarmas de los automóviles que suenan cerca de usted o una ambulancia que pasa por la calle", dice Jodi Sasaki-Miraglia, directora de programas de educación profesional del fabricante de audífonos Widex USA.

"Otros ejemplos comunes son los fuegos artificiales, los ruidos fuertes de las obras o la música en un concierto".

Por supuesto, en el caso de la alarma de humo y la sirena de la ambulancia, se podría argumentar que su objetivo es sonar fuerte para llamar la atención. En la mayoría de los casos, no estará expuesto a estos ruidos por mucho tiempo. Pero un concierto suele durar varias horas, y si tienes la mala suerte de vivir frente a una obra en construcción, sabes muy bien lo doloroso que puede ser escuchar tararear durante días.

Si bien estas situaciones resultan molestas para todos, para algunas personas la sensibilidad al sonido es un problema muy real que les afecta en el día a día.

¿Por qué les pasa esto?

Niveles de incomodidad del volumen

Los sonidos más fuertes y de tono más alto suelen ser más incómodos de escuchar que los sonidos más bajos y de tono más bajo. Pero la tolerancia de la gente hacia ellos puede variar. Afortunadamente, existe una prueba útil que un audiólogo puede realizar para determinar su nivel particular de incomodidad por el volumen.

"La prueba de Cox, creada por el fallecido Dr. Robin Cox, PhD, del Laboratorio de Investigación de Audífonos de la Universidad de Memphis, se utiliza con frecuencia en las clínicas de audiología hoy en día", dice Sasaki-Miraglia. En él, el paciente escucha una serie de sonidos de graves a agudos y juzga qué tan fuertes le parecen en una escala de siete puntos. En base a los resultados, el audiólogo se hace una idea del nivel de malestar de una persona y podrá adaptar adecuadamente el audífono que pueda necesitar.

Pero ¿cuáles son las causas de la sensibilidad al sonido?

"Los valores de sensibilidad más bajos suelen observarse en personas con tipos específicos de pérdida auditiva, como la inducida por ruido o la neurosensorial [que afecta las estructuras del oído interno o los nervios auditivos]", explica Sasaki-Miraglia.

"Las personas que experimentan zumbidos o tinnitus, o aquellas que tienen problemas de procesamiento auditivo, también pueden tener valores de malestar más bajos de lo esperado".

También existen diferentes condiciones que hacen que las personas sean sensibles a los sonidos de manera diferente.

Un ejemplo es la hiperacusia, que a veces puede ser el resultado de otros problemas médicos como la enfermedad de Lyme o las migrañas. Como explica Sasaki-Miraglia, “la hiperacusia no está relacionada con sonidos fuertes. En esta condición, los sonidos que parecen “normales” en volumen para la mayoría de las personas pueden ser insoportablemente fuertes para quienes los padecen”. Esto significa que algo tan simple como el tintineo de unas monedas en el bolsillo puede sonar insoportablemente fuerte e incluso doloroso.

Otras personas experimentan una ira irracional ante determinados ruidos, lo que se debe a la misofonía. Investigaciones recientes han demostrado que esta afección es más común de lo que se pensaba anteriormente y afecta hasta a una de cada cinco personas solo en el Reino Unido.

Un estudio muestra que los sonidos que las personas con misofonía encuentran intolerables en realidad activan circuitos neuronales que controlan el movimiento de los músculos faciales y no son un problema con el sistema de procesamiento auditivo del cerebro, como podría esperarse. Esto parece dar a las personas la sensación de que estos sonidos están “entrando” en su propio cuerpo, provocando sentimientos de ira o disgusto.

Sasaki-Miraglia dice que los desencadenantes comunes son los ruidos de otras personas "masticando, respirando o carraspeando".

En algunas personas, la aversión a los ruidos fuertes puede convertirse en un trastorno de ansiedad en toda regla llamado fonofobia. No está necesariamente relacionado con problemas de audición, pero puede ser más común en personas con dificultades de procesamiento sensorial (como las que pueden encontrarse en personas autistas) y en quienes padecen migraña. Como cualquier fobia, la fonofobia es un miedo extremo e irracional, y quienes la padecen pueden experimentar pánico cuando se exponen a ruidos fuertes, o incluso simplemente a la amenaza de ellos.

Pero así como la basura de una persona es el tesoro de otra, la moneda de la sensibilidad al sonido tiene dos caras. Ciertos sonidos que causan sensibilidad e incluso misofonía en algunas personas pueden ser una bendición absoluta para otras. Una tendencia reciente en TikTok lo demuestra de manera excelente: cuando la gente comenzó a rodar objetos frágiles, especialmente botellas de vidrio, escaleras abajo…

Esta sinfonía de golpes y roturas haría que muchas personas se taparan los oídos, pero otros juran que induce una sensación de alegría llamada Respuesta Sensorial Meridiana Autónoma (ASMR), a veces conocida de manera más elocuente como "orgasmo cerebral". Quienes experimentan esta reacción a menudo la describen como una sensación relajante y de hormigueo provocada por una variedad de sonidos: para algunos, es un vidrio roto, para otros, susurros, golpecitos e incluso un cepillado del cabello.

¿Existe alguna forma de tratar la sensibilidad al sonido?

"Si tiene sensibilidad al sonido, lo mejor que puede hacer es buscar el consejo de un audiólogo autorizado", dice Sasaki-Miraglia. “Él le brindará una evaluación integral, opciones de tratamiento y educación específica para su condición individual de sensibilidad al sonido. No es raro encontrar varios factores contribuyentes”.

Es importante buscar consejo médico individual ya que el tratamiento de la hiperacusia o el tinnitus en una persona puede ser muy diferente al de otra.

Si su sensibilidad al sonido le causa ansiedad, lo que significa que puede tener fonofobia, un profesional de la salud mental puede sugerir diferentes tratamientos, como la terapia cognitivo-conductual.

Todos tenemos que lidiar con ruidos molestos de vez en cuando, pero en ocasiones esa molestia puede convertirse en algo mucho más. Si la sensibilidad a los sonidos está afectando su vida normal, puede que sea el momento de buscar consejo médico: ¡puede haber más opciones de tratamiento de las que cree!

Como concluye Sasaki-Miraglia: "Sin importar la causa, la consulta y el diagnóstico adecuados por parte de un audiólogo pueden mejorar los resultados del paciente y su calidad de vida".

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