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Viernes, noviembre 1, 2024
ReligiónAhmadiyyaLa lucha de Pakistán por la libertad religiosa: el caso de la comunidad Ahmadía

La lucha de Pakistán por la libertad religiosa: el caso de la comunidad Ahmadía

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Robert Johnson
Robert Johnsonhttps://europeantimes.news
Robert Johnson es un reportero de investigación que ha estado investigando y escribiendo sobre injusticias, crímenes de odio y extremismo desde sus inicios durante The European Times. Johnson es conocido por sacar a la luz una serie de historias importantes. Johnson es un periodista intrépido y decidido que no tiene miedo de perseguir a personas o instituciones poderosas. Está comprometido a usar su plataforma para arrojar luz sobre la injusticia y hacer que los que están en el poder rindan cuentas.

En los últimos años, Pakistán ha enfrentado numerosos desafíos relacionados con la libertad religiosa, particularmente en lo que respecta a la comunidad Ahmadía. Esta cuestión ha vuelto a pasar a primer plano tras una reciente decisión del Tribunal Supremo de Pakistán que defiende el derecho a la libre expresión de las creencias religiosas.

La comunidad Ahmadía, una secta islámica minoritaria, ha enfrentado persecución y Discriminación en Pakistán durante décadas.. A pesar de considerarse musulmanes, los áhmadis son considerados no musulmanes según la ley paquistaní debido a su creencia en Mirza Ghulam Ahmad como un profeta después de Mahoma. Esta diferencia teológica los ha sometido a una grave marginación social, política y legal, incluidas restricciones a las prácticas religiosas, discursos de odio y violencia.

El reciente fallo de la Corte Suprema de Pakistán representa un avance significativo en la lucha en curso por la libertad religiosa en el país. El tribunal confirmó el derecho de los áhmadis a identificarse como musulmanes y expresar sus creencias sin temor a ser procesados, afirmando los principios de libertad de religión y expresión consagrados en la constitución de Pakistán.

Sin embargo, a pesar de esta victoria legal, persisten desafíos para la comunidad Ahmadía. Los prejuicios sociales profundamente arraigados y la discriminación institucionalizada siguen planteando amenazas a su seguridad y bienestar. Los grupos extremistas a menudo atacan a los áhmadis con impunidad, incitando a la violencia y difundiendo el odio contra ellos. Además, siguen en vigor leyes discriminatorias, como la Ordenanza XX, que prohíbe a los áhmadis practicar rituales islámicos o identificarse como musulmanes, perpetuando su condición de segunda clase.

La comunidad internacional también ha expresado su preocupación por la libertad religiosa en Pakistán, instando al gobierno a tomar medidas concretas para abordar la difícil situación de las minorías religiosas, incluida la comunidad Ahmadía. Organizaciones como Human Rights Watch, Amnistía Internacional, Comité Internacional de Derechos Humanos PAC Libertad de Conciencia han pedido la derogación de las leyes discriminatorias y la protección de los derechos de las minorías.

En respuesta a la creciente presión, en los últimos años se han producido algunos acontecimientos positivos. El gobierno de Pakistán ha expresado su compromiso de salvaguardar los derechos de las minorías religiosas y combatir la intolerancia religiosa. Iniciativas como la Comisión Nacional para las Minorías y los esfuerzos por promover la armonía interreligiosa reflejan un reconocimiento cada vez mayor de la importancia del pluralismo religioso y la tolerancia en la sociedad paquistaní.

Sin embargo, un progreso genuino requiere algo más que reformas legales; exige un cambio fundamental en las actitudes sociales y el desmantelamiento de prácticas discriminatorias arraigadas. Es necesario fomentar una cultura de inclusión, respeto y comprensión en la que todos los ciudadanos, independientemente de sus creencias religiosas, puedan vivir libremente y sin miedo.

Mientras Pakistán navega por su complejo panorama socioreligioso, el caso de la comunidad Ahmadía sirve como prueba de fuego para el compromiso de la nación con la libertad religiosa y el pluralismo. Defender los derechos de los áhmadis no sólo fortalece el tejido de la democracia paquistaní sino que también reafirma los principios fundacionales del país de igualdad, justicia y tolerancia para todos sus ciudadanos.

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