El extremismo violento es una afrenta a los propósitos y principios de las Naciones Unidas. Socava la paz y la seguridad, los derechos humanos y el desarrollo sostenible. Ningún país o región es inmune a sus impactos.
El extremismo violento es un fenómeno diverso, sin una definición clara. No es nuevo ni exclusivo de ninguna región, nacionalidad o sistema de creencias. Sin embargo, en los últimos años, grupos terroristas como el Estado Islámico en el Iraq y el Levante (EIIL), Al-Qaida y Boko Haram han moldeado nuestra imagen del extremismo violento y el debate sobre cómo abordar esta amenaza. El mensaje de intolerancia de estos grupos (religioso, cultural y social) ha tenido consecuencias drásticas en muchas regiones del mundo. Manteniendo territorio y utilizando las redes sociales para comunicar en tiempo real sus crímenes atroces, buscan desafiar nuestros valores compartidos de paz, justicia y dignidad humana.
La propagación del extremismo violento ha agravado aún más una crisis humanitaria sin precedentes que trasciende las fronteras de cualquier región. Millones de personas han huido del territorio controlado por grupos terroristas y extremistas violentos. Los flujos migratorios han aumentado desde, hacia y hacia las zonas de conflicto, involucrando a aquellos que buscan seguridad y a aquellos atraídos al conflicto como combatientes terroristas extranjeros, desestabilizando aún más las regiones involucradas.
Nada puede justificar el extremismo violento, pero también debemos reconocer que no surge en el vacío. Las narrativas de agravios, injusticias reales o percibidas, promesas de empoderamiento y cambios radicales se vuelven atractivas cuando se violan los derechos humanos, se ignora la buena gobernanza y se aplastan las aspiraciones.
Día Internacional para la Prevención del Extremismo Violento cuando Conduce al Terrorismo
En la resolución 77 / 243, la Asamblea General decidió declarar el 12 de febrero Día Internacional para la Prevención del Extremismo Violento cuando conduzca al terrorismo, a fin de crear conciencia sobre las amenazas vinculadas al extremismo violento, cuando conduzca al terrorismo, y para mejorar internacional cooperación en este sentido.
La Asamblea General destacó en este contexto la responsabilidad primordial de los Estados Miembros y sus respectivas instituciones nacionales en la lucha contra el terrorismo, y subrayó el importante papel de las organizaciones intergubernamentales, la sociedad civil, el mundo académico, los líderes religiosos y los medios de comunicación en la lucha contra el terrorismo y la prevención del extremismo violento como y cuando propicia el terrorismo.
La resolución reafirmó que el terrorismo y el extremismo violento, cuando conduzcan al terrorismo, no pueden ni deben asociarse con ninguna religión, nacionalidad, civilización o grupo étnico.
La Asamblea General invitó a la Oficina de Lucha contra el Terrorismo, en colaboración con otras entidades relevantes de la Pacto Mundial de Coordinación contra el Terrorismo de las Naciones Unidas, para facilitar la observancia del Día Internacional.
Plan de acción para prevenir el extremismo violento
El 15 de enero de 2016, el Secretario General presentó una Plan de acción para prevenir el extremismo violento a la Asamblea General. En 12 de febrero de 2016, la Asamblea General adoptó una resolución acogiendo con satisfacción la iniciativa del Secretario General y tomando nota de su Plan de Acción para Prevenir el Extremismo Violento.
La Plan of Action pide un enfoque integral que abarque no sólo medidas esenciales de lucha contra el terrorismo basadas en la seguridad, sino también medidas preventivas sistemáticas para abordar las condiciones subyacentes que llevan a las personas a radicalizarse y unirse a grupos extremistas violentos.
El Plan es un llamamiento a la acción concertada de la comunidad internacional. Proporciona más de 70 recomendaciones a los Estados Miembros y al sistema de las Naciones Unidas para evitar una mayor propagación del extremismo violento.
Se sueltan palomas durante la ceremonia de la “Llama de la Paz”, en la que se destruyeron armas para marcar el inicio del proceso de desarme y reconciliación del país en Bouaké, Costa de Marfil.
Se sueltan palomas durante la ceremonia de la “Llama de la Paz”, en la que se destruyeron armas para marcar el inicio del proceso de desarme y reconciliación del país en Bouaké, Costa de Marfil.
Se sueltan palomas durante la ceremonia de la “Llama de la Paz”, en la que se destruyeron armas para marcar el inicio del proceso de desarme y reconciliación del país en Bouaké, Costa de Marfil. FOTO: ©ONU /Basile Zoma