El gobierno turco ha frustrado lo que describió como un nuevo intento de golpe de Estado para derrocar al régimen actual al implicar a personas cercanas al presidente Recep Tayyip Erdoğan en casos de corrupción para manchar su imagen. Erdoğan convocó al jefe de inteligencia, İbrahim Kalın, y al ministro de Justicia, Yılmaz Tunç, a una reunión de emergencia en el palacio presidencial de Ankara a última hora de la noche del martes pasado, donde discutieron el arresto y despido de varios agentes de policía.
Repetición de un intento anterior
La acción se produce tras la revelación por parte del líder del Partido Acción Nacionalista, Devlet Bahçeli, en la reunión del grupo parlamentario de su partido el martes a la hora del almuerzo, de un intento de golpe similar a las investigaciones de corrupción y soborno de 2013. Dijo que un grupo de fiscales y funcionarios de seguridad vinculados a la organización de Fethullah Gülen Habían inventado casos de corrupción y escuchas telefónicas ilegales para manchar la imagen de personas cercanas a Erdogan, pero el gobierno logró contrarrestarlos en ese momento. Bahçeli dijo: “Existe una conspiración en curso que no se puede erradicar despidiendo a unos pocos jefes de policía. Conocemos la red de conexiones ilegales y el objetivo es la Alianza Popular”.
Arrestos masivos
Estos hechos coincidieron con el anuncio el martes por la mañana por parte del ministro turco del Interior, Ali Yerlikaya, de la detención de 544 personas acusadas de pertenecer a la comunidad Gülen, en una operación a gran escala llevada a cabo en 62 provincias turcas. Los sospechosos están acusados de intentar infiltrarse en instituciones estatales y utilizar la aplicación “ByLock” para comunicarse entre sí, una aplicación que las autoridades han indicado fue utilizada por los autores del fallido intento de golpe de Estado de 2016.
La Fiscalía de Ankara también anunció el miércoles el arresto de cuatro empleados de la Sección Anti-Crimen Organizado de la Dirección de Seguridad de Ankara, entre ellos el subjefe de la Policía de Ankara, Murat Çalık, y el director de la Sección Anti-Crimen Organizado, Kerem. Raridad. Los medios turcos informaron que estos agentes de policía habían presionado para implicar a personas cercanas a Erdoğan, como el jefe de comunicaciones presidenciales Fahrettin Altun, el director de la oficina del presidente Hasan Doğan y el ex ministro del interior Süleyman Soylu, en casos inventados para manchar su reputación.
Las raíces del asunto
Los orígenes de los hechos se remontan al 8 de septiembre de 2023, cuando equipos contra el crimen organizado en Ankara arrestaron al jefe de la organización criminal 'Kaplanlar', Ayhan Bora Kaplan, cuando intentaba huir de Turquía. Fue condenado a hasta 169 años y 6 meses de prisión por dos asesinatos. En respuesta a las acusaciones de participación de determinados agentes de policía en la organización, la Dirección General de Seguridad de Ankara inició una investigación administrativa que dio lugar a la suspensión de nueve agentes de policía, entre ellos un ex director del departamento de seguridad y un ex director de la sección de armas y explosivos de la policía de Ankara.
Luego, la policía arrestó a Serdar Serçelik, el número dos de la organización, y lo puso bajo arresto domiciliario. Sin embargo, huyó al extranjero tras prestar un testimonio de 19 páginas como testigo protegido. En un vídeo publicado tras su huida, Serçelik afirmó que algunos agentes de policía habían manipulado su testimonio y le habían obligado a hacer declaraciones contra ministros y políticos, refiriéndose a una conspiración contra el Partido Justicia y Desarrollo y el Partido Acción Nacionalista. A partir de esta información, la policía y los servicios de inteligencia comenzaron a identificar a los culpables.