El ex abad del monasterio de mujeres de los Urales medios, p. Sergio (Nikolai Romanov), que cumple una condena de siete años, pide clemencia a Putin. En el llamamiento, el ex abad dice que ayudó a construir veinte iglesias y cinco monasterios en la región de Sverdlovsk, y que desde 2014 ha traído familias con niños “de la zona de guerra de Ucrania”. El ex schihegumen señaló que pidió ser enviado a la guerra en Ucrania como trabajador médico o albañil, pero se lo negaron debido a su avanzada edad. Por ello, ahora “cuida espiritualmente a los héroes de la operación militar especial” y asegura que es un patriota y leal a las autoridades. Ahora retoma su petición de ser enviado a la “zona de operaciones militares especiales”, como llama Rusia a la guerra contra Ucrania, que es elegible para salir de prisión según las nuevas leyes del país.
El ex abad Sergiy (Romanov) fue arrestado a finales de 2020 en su monasterio durante una redada de las fuerzas especiales. Su caso ganó amplia atención pública debido a su fama como un “confesor de la fe” ultraconservador que era una alternativa a la siempre comprometida autoridad oficial de la iglesia. Se hizo especialmente popular durante la pandemia, cuando negó la existencia de la enfermedad, boicoteó las medidas sanitarias y predicó que esta postura equivalía a una profesión de fe. Tales puntos de vista eran entonces inherentes a muchas personas religiosas, pero tenía influencia y popularidad entre los círculos de la llamada élite rusa.
Le llamaron la atención los sermones en vídeo con maldiciones contra las autoridades de la iglesia y acusaciones de conspiración por parte de las autoridades. En ellos llamó al poder “satánico” y “anticristo”. El sacerdote fue acusado y condenado por “incitar a un menor al suicidio” a causa de su sermón, durante el cual preguntó a los feligreses si estaban dispuestos a morir por Rusia y por sus hijos. Según otros artículos, el ex abad fue acusado después de negarse a permitir que los representantes de la diócesis de Ekaterimburgo hicieran un inventario de los bienes del monasterio. En enero de 2023, el tribunal anunció la sentencia definitiva: siete años de prisión.
Antes de la pandemia, el schihegumen Sergiy (Romanov) era conocido como el líder de la llamada “secta de los Tsarebozhniks”, cuyo miembro más popular era la diputada rusa Natalia Poklonskaya. Ella hizo mucho para promocionarlo en los medios como un “hacedor de milagros”, “confesor” y “exorcista”. Más tarde, Natalia Poklonskaya se casó y cambió su actitud hacia él, diciendo que estaba en una secta. En el monasterio de mujeres que él dirigía se reunían "tsarebozhniki" (monárquicos rusos que elevaron al culto al último emperador ruso), cosacos, políticos y empresarios, ex prisioneros.
El ex abad había aceptado el sacerdocio, aunque antes de su conversión a la fe había estado en prisión por asesinato. Según los cánones de la iglesia, esto es inadmisible: la persona que quitó la vida humana puede arrepentirse e incluso convertirse en santo, pero los cánones le prohíben categóricamente celebrar la Eucaristía.