ELECCIONES-Los británicos votan este jueves para renovar los 650 escaños de la Cámara de los Comunes. Las encuestas en todo el Reino Unido son unánimes: es poco probable que Rishi Sunak siga siendo Primer Ministro después del viernes.
Mientras los británicos votan en las elecciones generales del jueves, está a punto de comenzar un nuevo capítulo en la historia del país. El Partido Conservador, después de 14 años tumultuosos en el poder, se enfrenta a una grave impopularidad.
La pregunta ahora no es si los conservadores perderán, sino cuánto ganarán los laboristas y el alcance de la derrota de Rishi Sunak, ya que no ha logrado ganar ningún impulso significativo después de 20 meses en el cargo. Se espera que aproximadamente 46 millones de votantes voten para renovar los 650 escaños de la Cámara de los Comunes. Cada diputado es elegido mediante un sistema de votación por pluralidad de distrito uninominal. Los colegios electorales estarán abiertos de 7:10 a XNUMX:XNUMX horas.
Numerosas crisis desde 2010
Desde Brexit Desde la agitación y la gestión de la pandemia de Covid-19 hasta el aumento de los precios, el aumento de la pobreza, un sistema de salud pública sobrecargado y una puerta giratoria de primeros ministros, la sucesión de crisis desde 2010 ha creado un fuerte deseo de cambio. En los últimos días, incluso los conservadores han admitido que están luchando no para ganar sino para limitar la mayoría prometida a los laboristas.
Salvo sorpresas, será Keir Starmer, un ex de 61 años. derechos humanos abogado, a quien el rey Carlos III le encargará el viernes formar gobierno. Starmer ha hecho que su partido vuelva al centro izquierda y prometió un retorno a una gobernanza “seria”.
Para Rishi Sunak, el quinto Primer Ministro conservador en 14 años, esta elección marca el final de una campaña que se ha convertido en un calvario. A pesar de intentar tomar la iniciativa convocando elecciones anticipadas en julio en lugar de esperar hasta el otoño, la imagen desastrosa de su anuncio bajo la lluvia torrencial y sin paraguas persistió, dejando a su partido aparentemente desprevenido.
Sunak, un ex banquero de inversiones y ministro de Finanzas de 44 años, ha cometido numerosos errores y parece políticamente sordo. Su estrategia consistió en gran medida en acusar a los laboristas de planear aumentar los impuestos y, en los últimos días, advertir sobre los riesgos de una “supermayoría” que dejaría a los laboristas sin controles ni contrapesos, reconociendo efectivamente la derrota.
Por el contrario, Keir Starmer ha destacado sus modestos comienzos (su madre era enfermera y su padre era fabricante de herramientas), en marcado contraste con su oponente multimillonario. Para contrarrestar los ataques de la derecha y distanciarse del costoso programa de Jeremy Corbyn, Starmer ha prometido una gestión estricta de las finanzas públicas sin aumentos de impuestos. Su objetivo es reactivar el crecimiento a través de la estabilidad, intervenciones estatales e inversiones en infraestructura. Sin embargo, ha advertido que no tiene una “varita mágica” y los británicos, según las encuestas, han moderado las expectativas de un cambio significativo.