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Miércoles, 11 de diciembre, 2024
AméricaFallece a los 86 años Fethullah Gülen, defensor de la paz y el diálogo

Fallece a los 86 años Fethullah Gülen, defensor de la paz y el diálogo

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Fethullah Gülen, un destacado clérigo turco y defensor del diálogo y la educación interreligiosos, falleció el 21 de octubre de 2024 en un hospital de Pensilvania a la edad de 86 años. Conocido por su énfasis en la paz, la tolerancia y el servicio a la humanidad, Sonriente Dedicó su vida a fomentar el diálogo entre religiones y a promover interpretaciones moderadas del Islam. Su muerte pone fin a un capítulo destacado tanto en la historia turca como en el pensamiento islámico mundial.

El legado de Gülen está marcado por sus esfuerzos por fomentar el altruismo, la educación y el entendimiento interreligioso. Fundó el movimiento Gülen, o “Hizmet” (que significa “servicio” en turco), que construyó una red mundial de escuelas, universidades y organizaciones benéficas que promovían estos valores. El movimiento hizo hincapié en que la educación y el liderazgo ético son esenciales para una sociedad pacífica y justa. Las enseñanzas de Gülen resonaron en millones de personas, no solo en Turquía pero en todo el mundo, ya que su mensaje llegó a diversas comunidades a través de la red de escuelas e iniciativas.

A pesar de su ideología pacífica, Gülen se convirtió en una figura muy polarizadora en Turquía. En 2013, cuando se alió con el presidente Recep Tayyip Erdoğan, su relación se agrió y Gülen fue acusado más tarde de orquestar el fallido intento de golpe de Estado de 2016, cargos que negó hasta su muerte. Esto llevó a que su movimiento fuera atacado por el gobierno turco y muchos de sus seguidores enfrentaron una dura persecución, caza y secuestros. Los representantes turcos también han interferido en los asuntos políticos de otros países exigiendo que los seguidores de Hizmet no hicieran declaraciones públicas pacíficas en parlamentos y lugares oficiales. Sin embargo, Gülen siguió siendo un firme defensor de la no violencia, abogando constantemente por el diálogo y el respeto mutuo para resolver las diferencias.

A lo largo de su vida, Gülen fue reconocido por su compromiso con la paz y recibió premios por sus esfuerzos en pos de fomentar la armonía entre diferentes culturas y religiones. Su labor se extendió a instituciones como el Vaticano y organizaciones judías, lo que demuestra su dedicación a tender puentes entre comunidades que a menudo están en conflicto. Su postura moderada sobre el Islam, junto con su enfoque en la ciencia, la educación y la responsabilidad cívica, lo convirtieron en una figura venerada entre sus seguidores.

La muerte de Gülen deja un legado complejo, marcado tanto por la admiración por sus contribuciones pacíficas como por las controversias que ensombrecieron sus últimos años. Sin embargo, muchos lo recordarán como un líder espiritual que intentó crear un mundo más compasivo, culto y armonioso.

Un movimiento de Servicio

El movimiento Gülen, también conocido como Hizmet (que significa “servicio” en turco), se destaca como una iniciativa global que se centra en la educación, el diálogo interreligioso y el servicio social. En esencia, el movimiento busca promover valores de tolerancia, paz y cooperación entre diversas culturas y comunidades religiosas. Fundado por Fethullah Gülen, el movimiento se expandió rápidamente, en particular mediante el establecimiento de escuelas e instituciones educativas en Turquía y en más de 100 países en todo el mundo.

Centrarse en la educación y el altruismo

Uno de los aspectos más positivos del movimiento Gülen es su énfasis en la educación. Gülen consideraba que la educación era un medio para transformar la sociedad para mejor, y abogaba por escuelas que integraran la excelencia académica con los valores morales. Las escuelas afiliadas al movimiento, conocidas por su enfoque en la ciencia, la tecnología y las matemáticas, han proporcionado una educación de calidad a estudiantes de diversos orígenes, independientemente de su nacionalidad o religiónEsta iniciativa educativa está impulsada por la creencia de que las personas integrales y educadas contribuyen positivamente a la paz y el progreso de la sociedad.

Las escuelas del movimiento no sólo se centran en el aprendizaje académico, sino que también hacen hincapié en la formación del carácter, con una dimensión ética que anima a los estudiantes a convertirse en individuos compasivos y socialmente responsables. Estas escuelas suelen promover el entendimiento interreligioso y el multiculturalismo, lo que las hace influyentes en zonas propensas a conflictos al fomentar el respeto mutuo y el diálogo entre diferentes comunidades.

Promoción del diálogo interreligioso

Un pilar central de las enseñanzas de Gülen es su dedicación al diálogo interreligioso. Siempre alentó el debate abierto entre las diferentes tradiciones religiosas, incluido el islam, el cristianismo y el judaísmo. El propio Gülen inició el diálogo con líderes religiosos mundiales, incluido el Vaticano y organizaciones judías, con el objetivo de crear entendimiento y colaboración entre las distintas religiones. Sus esfuerzos fueron particularmente significativos en una época en la que muchas regiones del mundo se enfrentaban a conflictos religiosos.

Este compromiso con el diálogo se refleja en diversas conferencias y foros organizados por el movimiento, en los que personas de diferentes credos se reúnen para debatir cuestiones de interés común, como la paz, la justicia y la coexistencia mutua. A través de estas iniciativas, el movimiento ha contribuido a romper estereotipos y a fomentar un espíritu de cooperación, que ha sido elogiado por académicos y líderes de todo el mundo.

Servicios sociales y filantropía

Más allá de la educación y el diálogo, el movimiento Gülen ha hecho contribuciones significativas en el ámbito de los servicios sociales. Entre las diversas actividades filantrópicas que apoya el movimiento se encuentran la ayuda en caso de desastres, la atención médica y la asistencia a comunidades desfavorecidas. Las organizaciones benéficas del movimiento, tanto en Turquía como en el resto del mundo, han estado a la vanguardia de los esfuerzos humanitarios, ayudando a los afectados por desastres naturales y dificultades económicas. Su trabajo ha abarcado desde la concesión de becas a estudiantes desfavorecidos hasta la prestación de asistencia médica en países que enfrentan crisis.

Este elemento altruista del movimiento se alinea con la creencia de Gülen de servir a la humanidad y abordar las necesidades prácticas de la sociedad a través de la compasión y la generosidad. Ha ayudado a miles de personas a mejorar sus condiciones de vida y acceder a oportunidades de desarrollo personal que de otra manera no habrían estado disponibles para ellas.

Defensa de la coexistencia pacífica

El movimiento Gülen se basa en la idea de que las diferencias en materia de religión, cultura e ideología no deben ser fuentes de conflicto, sino más bien oportunidades para el entendimiento y la colaboración. Este espíritu ha llevado al movimiento a abogar por la coexistencia pacífica, especialmente en regiones propensas a conflictos, donde las tensiones entre grupos étnicos y religiosos a menudo desembocan en violencia. Al promover el diálogo y el respeto mutuo, el movimiento busca crear entornos en los que los diversos grupos puedan vivir juntos en paz.

El movimiento ha sido elogiado a menudo en círculos internacionales por sus esfuerzos para contrarrestar el extremismo. Sus escuelas e instituciones sirven como modelos de moderación, donde se anima a los estudiantes a pensar de manera crítica y a adoptar valores de tolerancia. Esta postura ha convertido al movimiento en una voz influyente en la promoción de una interpretación equilibrada del Islam que se alinee con los valores modernos y democráticos.

En general, las contribuciones del movimiento Gülen a la educación, el diálogo interreligioso, el servicio social y la promoción de la paz han dejado un impacto duradero tanto en Turquía como en la comunidad mundial. A pesar de enfrentarse a importantes desafíos políticos y oposición, en particular en Turquía, las iniciativas positivas del movimiento han ganado respeto en todo el mundo por su compromiso de fomentar la comprensión y mejorar la sociedad por medios pacíficos. La visión de Fethullah Gülen de una sociedad educada, compasiva y tolerante sigue inspirando a muchos incluso después de su muerte.

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