Pocos documentos han tenido un impacto tan profundo y duradero en la gobernanza global como el Declaración Universal de los Derechos Humanos.
Piedra angular de los derechos universales
Tan central para la misión de las Naciones Unidas que la declaración está sellada, junto con la Carta de la ONU, en la piedra angular de la Sede de las Naciones Unidas en la ciudad de Nueva York.
La declaración no es sólo un conjunto de principios, sino un marco vivo que informa la labor de las Naciones Unidas en todos los niveles; es al mismo tiempo un modelo y un llamado a la acción.
Su resonancia se extiende más allá de sus 30 artículos, dando forma a tratados tan emblemáticos como el Convención sobre los Derechos del Niño y las leyes internacionales que salvaguardan los derechos de los solicitantes de asilo, los refugiados y los apátridas en todo el mundo.