Berlín, 27 de diciembre de 2024 – El presidente alemán, Frank-Walter Steinmeier, ha disuelto oficialmente el Bundestag, lo que allana el camino para la celebración de elecciones anticipadas el 23 de febrero que podrían indicar un cambio político drástico en la mayor economía de Europa. Esta medida se produce tras el colapso del gobierno de coalición del canciller Olaf Scholz en noviembre, lo que desencadenó intensas maniobras políticas y una campaña inusualmente acalorada.
“Especialmente en tiempos difíciles como estos, la estabilidad requiere un gobierno capaz de actuar y mayorías confiables en el Parlamento”, dijo Steinmeier en su anuncio formal.
La decisión llega tras meses de inestabilidad política, que culminaron con un voto de confianza fallido a favor de Scholz a principios de este mes. La constitución alemana garantiza que estas transiciones sean ordenadas, con el objetivo de evitar el caos que asoló a la República de Weimar en el período previo a la Segunda Guerra Mundial. La solicitud de Scholz de disolver el parlamento y la posterior aprobación de Steinmeier marcan el paso final de este proceso bien definido.
Los conservadores lideran las encuestas
Según las últimas encuestas, la conservadora Unión Cristianodemócrata (CDU) y su líder Friedrich Merz tienen una clara ventaja con el 31% de los votos. El partido de extrema derecha Alternativa para Alemania (AfD) ocupa el segundo puesto con el 19%, mientras que el Partido Socialdemócrata (SPD) de Scholz se sitúa en tercer lugar con el 17%.
Merz, que ha situado a la CDU más a la derecha en cuestiones clave como la migración y la energía, está en condiciones de liderar lo que podría ser el gobierno más derechista de Alemania en décadas. Sin embargo, los analistas sugieren que las negociaciones de coalición con al menos un partido de centroizquierda probablemente moderarán el alcance de este cambio.
Campaña acalorada y cuestiones clave
Se espera que las próximas elecciones se centren en gran medida en la difícil economía de Alemania, la migración y la guerra en curso en UcraniaEl descontento público con el desempeño económico del país está creciendo, mientras Alemania enfrenta su segundo año consecutivo de contracción económica y una ola de despidos en industrias clave.
La campaña electoral, que ya ha comenzado en serio, está resultando más polémica que de costumbre. Merz ha lanzado una serie de duras críticas contra Scholz y el SPD, mientras que Scholz ha respondido de la misma manera, desestimando a Merz como "el pequeño Fritz", en un ataque que pone de relieve el tono cada vez más personal de la campaña.
El ataque al mercado navideño de Magdeburgo intensifica el debate
Un ataque mortal en un mercado navideño en Magdeburgo ha inflamado aún más el clima político. Cinco personas murieron y muchas más resultaron heridas en un incidente que desde entonces ha dominado los debates de la campaña. El presunto atacante, un refugiado de Arabia Saudita con presuntas simpatías hacia ideologías de extrema derecha y el AfD, ha provocado indignación y renovado el debate sobre las políticas de inmigración y seguridad.
La AfD ha aprovechado la tragedia para reforzar su programa antiinmigración. “Queremos que algo cambie de una vez en nuestro país, para que podamos volver a vivir seguros”, declaró Alice Weidel, candidata a canciller del partido, en un mitin en Magdeburgo.
El futuro político de Alemania en una encrucijada
A medida que se acerca la fecha de las elecciones, Alemania se enfrenta a una coyuntura crítica. La posibilidad de un gobierno conservador fuerte, atenuado o no por acuerdos de coalición, podría redefinir las políticas del país en materia de inmigración, energía y su papel en la Unión Europea. Mientras tanto, la creciente popularidad del partido ultraderechista AfD refleja un sentimiento más profundo de descontento entre los votantes alemanes, lo que añade otra capa de incertidumbre al futuro político del país.
Las próximas semanas estarán marcadas por una campaña intensa y reñida, en la que los partidos compiten por la oportunidad de dar forma al rumbo de Alemania en un momento de incertidumbre económica y geopolítica. Todas las miradas estarán puestas en el 23 de febrero para ver si el panorama político del país da su giro más pronunciado hacia la derecha en décadas o si los votantes optan por un camino más centrista.