Los gobernantes de facto de gran parte del país, incluida la capital, Saná, liberó a la tripulación de un barco mercante que había estado retenido durante más de un año, a principios de esta semana.
La medida generó esperanzas de que más de 60 funcionarios de la ONU, organizaciones internacionales y misiones diplomáticas que ya habían sido detenidos por los hutíes durante el año pasado pudieran ser liberados.
La medida de seguridad anunciada el viernes por Julien Harneis, Coordinador Residente y Humanitario de la ONU para Yemen, llega en un momento en que la organización enfrenta crecientes desafíos de seguridad en sus operaciones en la región.
Los hutíes y el gobierno reconocido internacionalmente han estado luchando por el control del país en lo que se ha convertido en una guerra de poder regional más amplia durante más de una década.
Medida de seguridad
“Ayer, las autoridades de facto en Saná detuvieron a más personal de la ONU que trabajaba en zonas bajo su control”, dijo Harneis.
“Para garantizar la seguridad y protección de todo su personal, las Naciones Unidas han suspendido todos los movimientos oficiales hacia y dentro de las zonas bajo el control de las autoridades de facto… esta medida permanecerá en vigor hasta nuevo aviso”.
El portavoz adjunto Farhan Haq explicó la respuesta más tarde el viernes, destacando los esfuerzos en curso de la ONU: “Nuestros funcionarios en Yemen están colaborando activamente con altos representantes de las autoridades de facto, exigiendo la liberación inmediata e incondicional de todo el personal y los socios de la ONU”.
Las detenciones marcan una preocupante escalada de las operaciones humanitarias en Yemen, donde el acceso y la seguridad siguen siendo preocupaciones críticas.
La ONU sigue enfatizando la importancia de defender la seguridad y neutralidad de su personal para garantizar que la ayuda vital llegue a quienes la necesitan.
La crisis climática interrumpirá la escolarización de casi 250 millones de niños en 2024
Al menos 242 millones de estudiantes en 85 países vieron interrumpida su escolaridad por fenómenos climáticos extremos en 2024, según el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia. UNICEF, ha advertido.
Las olas de calor, los ciclones tropicales, las tormentas, las inundaciones y las sequías son algunos de los peligros que han empeorado la crisis mundial del aprendizaje, según muestra un nuevo análisis de UNICEF.
Coincidiendo con el Día Internacional de la Educación, la agencia de la ONU publicó datos que muestran que al menos uno de cada siete estudiantes vio interrumpida su escolaridad debido a los riesgos climáticos en 2024.
Cierres múltiples
De los 85 países afectados, 23 experimentaron múltiples rondas de cierres de escuelas y el 74 por ciento de todos los estudiantes afectados viven en países de ingresos bajos y medianos bajos.
El sur de Asia fue la región más afectada en 2024, con 128 millones de estudiantes afectados por interrupciones en las clases relacionadas con el clima. Le siguió la región de Asia Oriental y el Pacífico, con 50 millones de estudiantes afectados.
En 2024, las olas de calor fueron el riesgo climático más importante que afectó a la escolaridad, afectando a unos 171 millones de estudiantes.
OCHA: El plan de respuesta humanitaria de Nigeria pretende ayudar a 3.6 millones de personas
A Nigeria, donde los equipos de ayuda de la ONU han lanzado un llamamiento humanitario que se centra nuevamente en los estados nororientales de Borno, Adamawa y Yobe (los estados de la Bahía), donde los conflictos, los choques climáticos y la inestabilidad económica siguen perjudicando el bienestar de las comunidades.
OCHA, la oficina de coordinación de ayuda de la ONU, dijo que el objetivo este año es llegar a 3.6 millones de personas en el noreste con servicios de salud, alimentos, agua, saneamiento e higiene.
La nutrición para los niños también forma parte del pedido de 910 millones de dólares, junto con apoyo para protección, educación y otros servicios básicos.
Desafío de financiación
Para absorber la disminución de la financiación mundial, OCHA insistió en que el plan de Nigeria apunta a hacer que los escasos recursos rindan más, apoyando a quienes prestan asistencia localmente de manera más directa y pasando a la asistencia en efectivo y cupones cuando sea posible.
Una parte clave del llamamiento de ayuda incluye trabajos de prevención para reducir el impacto de las inundaciones y los brotes de enfermedades.