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Miércoles, Mayo 8, 2024
EuropaAcuerdo de la Unión Europea para reducir un 55% las emisiones en 2030

Acuerdo de la Unión Europea para reducir un 55% las emisiones en 2030

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Redacción
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Ha costado todo un año y muchas horas de negociación, pero finalmente el viernes por la mañana todos los estados miembros de la Unión Europea se han puesto de acuerdo: el continente reducirá las emisiones de gases de efecto invernadero en un 55% en 2030 (respecto a los niveles de 1990). Han sido necesarias varias horas de insomnio, en un debate que se ha prolongado hasta la noche, para poder sumar a la negociación países como Polonia, todavía muy dependiente de los combustibles fósiles.

Sin embargo, justo un día antes del quinto aniversario del Acuerdo de París, que el 12 de diciembre de 2015 reunió a todos los gobiernos del mundo para mantener el calentamiento global por debajo de los 2°C (o 1.5°C como objetivo deseable), la Unión Europea ha acordado aumentar su reducción de emisiones del 40% al 55%. El Parlamento Europeo pedía el 60 % y las ONG iban más allá exigiendo el 65 %, pero la reducción acordada de más de la mitad de las emisiones en diez años es coherente con lo que los científicos consideran correcto.

El nuevo objetivo del 55% finalmente se incluirá en la ley climática europea, que se presentó en abril sin este punto por falta de acuerdo del Este, y también se presentará como un objetivo renovado a la ONU en la primera cumbre climática, COP26, que se celebrará el año que viene en Glasgow (Reino Unido) tras tener que posponerla un año debido al covid-19.

Sin embargo, para lograr esto, Polonia ha mantenido despiertos a los jefes de estado y de gobierno toda la noche. Desde la noche del jueves hasta la mañana de este viernes a las 8 a.m., los jefes de Estado y de Gobierno reunidos en Bruselas no había logrado convencer al gobierno polaco (el país es muy dependiente del carbón) para que firmara el compromiso de reducir un 2% las emisiones de CO55 para 2030. Polonia ya había sido un obstáculo en la cumbre del año anterior, cuando se desvinculó de la conclusiones finales, en las que Europa se comprometió a lograr la neutralidad climática para 2050.

Las claves del acuerdo

En esta ocasión, lo que pedía Polonia eran garantías de que recibiría fondos europeos suficientes para llevar a cabo la transición energética que requiere este compromiso. Cabe recordar que Polonia también fue uno de los países (junto con Hungría) que vetó los presupuestos europeos y los fondos de recuperación del coronavirus. Mateusz Morawiecki se ha convertido en uno de los protagonistas de esta última cumbre de 2020, complicando hasta el final dos negociaciones clave: el presupuesto de la UE y los objetivos climáticos.

Según fuentes europeas, uno de los temas más sensibles, más allá de las garantías solicitadas por Polonia, ha sido el establecimiento de objetivos nacionales por sectores económicos. De hecho, el objetivo de reducir las emisiones un 55% para 2030 es global para toda la Unión, lo que significa que si Polonia no alcanza la cifra necesaria puede ser compensada por otro país que haya conseguido reducir aún más sus emisiones. En este sentido, se ha acordado implícitamente que los líderes tendrán que volver a abordar el tema en futuras reuniones para dar “recomendaciones adicionales” a los gobiernos.

Por ello, el pueblo polaco cuenta con el Fondo de Transición Justa, que debe ayudarle económicamente a realizar la transición energética para acabar con su dependencia del carbón, y al mismo tiempo la necesidad de realizar todos estos cambios “manteniendo la competitividad de la UE y tomando en cuenta los diferentes puntos de partida y las circunstancias nacionales específicas y el potencial de reducción de los diferentes estados miembros” se enfatiza fuertemente.

las controversias

Durante las negociaciones de la madrugada, los representantes franceses se unieron a los representantes de Europa del Este para que se incluyera en el texto una cláusula que aceptara “tecnologías de transición” como el gas entre las subvencionables, un elemento que ha indignado a ONG climáticas como Greenpeace. El texto acordado defiende “el derecho de los estados miembros a decidir su combinación energética y elegir las tecnologías más apropiadas para lograr colectivamente el objetivo climático para 2030, incluidas tecnologías de transición como el gas”.

Para el asesor climático de la UE de Greenpeace, Sebastian Mang, el acuerdo alcanzado el viernes “muestra que la conveniencia política tiene prioridad sobre la ciencia del clima, y ​​que la mayoría de los políticos todavía tienen miedo de atacar a los grandes contaminadores. Sin más acciones, los objetivos climáticos de la UE permitirán que las empresas de petróleo y gas sobrevivan, no transformarán la forma en que producimos alimentos lo suficientemente rápido como para detener la emergencia climática”. De hecho, Greenpeace critica la falta de ambición porque sin nuevas medidas las emisiones ya se reducirían un 46% para 2030. En cambio, cree que para frenar la “catástrofe” climática es necesario recortarlas un 65%. Cabe recordar que el PE pedía el 60%.

El nuevo objetivo para 2030 es, de hecho, el comienzo del viaje de la UE para convertirse en el primer continente climáticamente neutral para 2050 (emite tanto como absorbe), de conformidad con el Acuerdo de París. El acuerdo puede ayudar a Europa a recuperar el liderazgo perdido en la lucha climática global y se suma a la buena noticia del cambio de administración en Estados Unidos, ya que Joe Biden volverá a ratificar el Acuerdo de París, que había descontentado a Donald Trump. Sin embargo, la nueva administración de Biden tendrá que trabajar duro para revertir las políticas negacionistas de Trump, que han hecho perder un tiempo precioso al segundo mayor emisor de gases de efecto invernadero del mundo.

Sin embargo, el mayor emisor del mundo, China, hasta ahora solo se ha comprometido a alcanzar un pico de emisiones (para comenzar a reducirlas) para 2030, aunque se espera que presente compromisos más ambiciosos que este en la próxima COP26. Sin el esfuerzo de todos los actores internacionales, el recorte de la UE hará poco para mantener a raya el termómetro planetario.

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