.- Mientras Irlanda celebra el primer aniversario de la llegada del nuevo coronavirus, los obispos católicos locales están pidiendo al gobierno que suavice sus restricciones a los servicios de adoración en persona.
Un mensaje pastoral fue publicado el 3 de marzo por los obispos de seis diócesis en la provincia occidental de Tuam del país: el arzobispo Michael Neary de Tuam, el obispo John Fleming de Killala, el obispo Kevin Doran de Elphin, el obispo Brendan Kelly de Galway, el obispo Michael Duignan de Clonfert, y el obispo Paul Dempsey de Achonry.
Los obispos compararon la situación actual con llegar a una cumbre falsa mientras caminan y darse cuenta de que hay más progreso por hacer.
“A veces, la última parte puede ser la más difícil de todas. Entendemos la experiencia de decepción y frustración que sienten muchas personas ante la noticia de una extensión indefinida del confinamiento”, dijeron.
Los casos de COVID-19 en Irlanda han disminuido constantemente luego de un fuerte aumento a fines de diciembre y principios de enero. Sin embargo, las autoridades siguen instando a la cautela.
Los obispos analizaron el plan de reapertura de cinco estados para el país, publicado por el gobierno la semana pasada. Según las restricciones del Nivel 5, que estarán vigentes al menos hasta abril, está prohibido viajar a más de 5 km de la casa, así como mezclarse con personas de otros hogares. Las tiendas minoristas, bares, gimnasios y otros negocios que se consideren no esenciales deben permanecer cerrados.
Los obispos reconocieron la necesidad de precaución y dijeron: “aceptamos absolutamente que ahora no es el momento para una gran reapertura de la sociedad”.
Sin embargo, argumentaron, los funerales están limitados a solo 10 personas en el Nivel 5 del plan de reapertura, mientras que un límite de 25 personas aún permitiría servicios seguros y “brindaría mucho consuelo a las familias en duelo”.
Los obispos también objetaron el hecho de que el culto público esté prohibido incluso en el Nivel 3 del plan para reabrir Irlanda.
“[Esto] ignora la importante contribución del culto comunal al bienestar mental y espiritual de las personas de fe. La importancia fundamental de la Semana Santa y la Pascua para todos los cristianos hace que la prohibición del culto público sea particularmente dolorosa”, dijeron.
“Si bien, como cristianos, estamos obligados a obedecer estas normas, creemos que es nuestra responsabilidad como líderes de la Iglesia defender el cambio. Continuaremos haciendo una representación justa y razonable y lo alentamos a que haga lo mismo”.
Los obispos también pidieron al gobierno que aclare cuándo el público puede regresar a la vida sacramental, particularmente a la celebración de la Primera Comunión y la Confirmación, que normalmente se lleva a cabo al final del año escolar. Sin esta aclaración, dijeron, las diócesis han decidido posponer la clase de Confirmación de 2021 hasta el otoño, y se alienta a las parroquias a adoptar un horario similar para la Primera Comunión.
“Si las circunstancias cambian para mejor, esta decisión puede revisarse en cada diócesis. Mientras tanto, animamos a los jóvenes y a sus padres a continuar con su preparación. Hemos proporcionado recursos en línea para apoyar lo que se está haciendo a través del programa de Educación Religiosa con los maestros en las escuelas”.
En su mensaje, los obispos también desafiaron a los sacerdotes a hacer todo lo posible para brindar atención pastoral y sacramental, especialmente el Sacramento de la Reconciliación y la atención sacramental de los enfermos.
Expresaron su gratitud porque los niños volverán a la educación presencial y enfatizaron la necesidad de compartir la carga con aquellos que aún luchan bajo el encierro.
“Todos nosotros apreciamos los esfuerzos y los sacrificios de aquellos en nuestra comunidad que brindan servicios esenciales”, dijeron. “Sin embargo, para muchas personas, el alto nivel continuo de restricción plantea desafíos prácticos y emocionales. Queremos decir muy claramente que, en la visión cristiana de las cosas, cada persona es esencial y ninguna persona es más importante o necesaria que otra”.
“Cuando rezamos las Estaciones de la Cruz, celebramos a personas como Verónica, que limpió el rostro de Jesús y Simón de Cirene, que compartió con Él la carga de la cruz. Ninguno de nosotros puede decir 'Estoy bien' hasta que todos estemos 'bien'”, dijeron.
