Los agentes antimicrobianos, como los antibióticos, son esenciales para tratar muchas infecciones y enfermedades humanas y animales. Sin embargo, su uso excesivo y mal uso ha llevado al desarrollo de resistencia a los antimicrobianos (RAM), lo que significa que un fármaco, como un antibiótico, podría no ser eficaz para tratar la infección. Sin una acción urgente, el mundo corre el riesgo de convertirse en un lugar donde las infecciones comunes sean intratables o incluso mortales, y donde los procedimientos quirúrgicos complejos se conviertan en una amenaza para la vida.
Debido al uso excesivo de antimicrobianos, se pueden encontrar bacterias resistentes a los medicamentos en animales y productos alimenticios destinados al consumo humano. Como resultado, los alimentos se han convertido en un vehículo potencial para la transmisión de patógenos resistentes de animales a humanos.
Las enfermedades transmitidas por los alimentos son un importante problema de salud pública en la región europea de la OMS. Cada año, alrededor de 23 millones de personas enferman por consumir alimentos contaminados y 5000 personas mueren. Una proporción sustancial de enfermedades y muertes por el consumo de alimentos contaminados son causadas por bacterias, como campylobacter y salmonella, que muestran niveles crecientes de resistencia a los antimicrobianos de uso común.
La vigilancia de la RAM en la cadena alimentaria es fundamental
Una de las formas clave de resaltar la amenaza para la salud pública que representa la RAM es a través de programas de vigilancia efectivos. La información sobre los niveles de AMR en los patógenos comunes transmitidos por los alimentos y los niveles de residuos de antimicrobianos en los alimentos de origen animal es extremadamente importante para guiar la gestión de riesgos y la acción política.
Lamentablemente, pocos países de la región europea tienen suficiente capacidad de vigilancia de la RAM en la cadena alimentaria. Es por eso que es una prioridad clave para la OMS ayudar a los países de la Región a establecer y fortalecer sistemas para la vigilancia de la RAM y los residuos de antimicrobianos en el suministro de alimentos, así como a integrar las pruebas de RAM en los sistemas existentes para la vigilancia y respuesta a las enfermedades transmitidas por los alimentos.
A pesar de la limitada capacidad de vigilancia de la RAM en la cadena alimentaria en la Región, algunos países han logrado buenos avances.
Fortalecimiento de la vigilancia en Uzbekistán
La Dra. Gulnora Abdukhalilova es científica del Ministerio de Salud de Uzbekistán, donde trabaja para reducir la RAM y mantener los estándares de seguridad alimentaria. En 2016, llevó a cabo un proyecto de investigación que buscaba cepas de campylobacter y salmonella resistentes a los antimicrobianos en pollos criados específicamente para la alimentación.
La investigación mostró que la mayoría de las cepas de salmonela encontradas en el pollo eran resistentes a múltiples fármacos, lo que significa que las infecciones que causan pueden ser difíciles de tratar. El uso excesivo y el uso indebido de antimicrobianos en la producción avícola fue uno de los impulsores de esta resistencia.
“Idealmente, el monitoreo de la resistencia debería ser una rutina en los sectores de la salud y la agricultura”, dijo la Dra. Abdukhalilova. “El monitoreo de la resistencia a los medicamentos antimicrobianos en los patógenos comunes transmitidos por los alimentos simplemente tiene que hacerse”.
Como resultado de la investigación, la vigilancia de la RAM se ha incluido en el Programa Nacional para Combatir la Resistencia de los Microorganismos a los Medicamentos Antimicrobianos de Uzbekistán para 2020-2024.
Un enfoque de One Health para luchar contra la resistencia a los antimicrobianos
Dado que la RAM se encuentra en la intersección de la salud humana, animal y ambiental, se necesita una mayor coordinación entre los sectores y las partes interesadas para combatir la RAM en la cadena alimentaria. Fomentar dicha coordinación se conoce como el enfoque One Health.
Debido a que la mayoría de los países de la región europea carecen de una coordinación adecuada y del intercambio de datos entre los sectores humano y animal, la OMS y sus socios están comprometidos a trabajar con los Estados miembros de la región para fortalecer la coordinación multisectorial y reforzar los esfuerzos de One Health para combatir la AMR. Este compromiso se fortaleció recientemente con el establecimiento del Mecanismo Regional de Coordinación Una Salud por parte de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), la Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE) y la OMS.
Como resultado de su trabajo, la Dra. Abdukhalilova se hace eco de la necesidad de un enfoque de One Health para combatir la RAM en la cadena alimentaria: "Es importante... coordinar e intercambiar información entre diferentes sectores, como la producción avícola y la atención de la salud".
La referencia a este artículo aparece en Universidad de Minnesota
