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Lunes 6 de mayo de 2024
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En el proceso de evolución, los humanos han aprendido a morderse las uñas para evocar simpatía.

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Gastón de Persigny
Gastón de Persigny
Gaston de Persigny - Reportero en The European Times Noticias

Demostrar signos claros de estrés puede hacer que las personas sean más atractivas y alentar a otros a tratarlas de manera más positiva. Es posible que en el proceso de evolución, el Homo sapiens incluso haya desarrollado específicamente la capacidad de demostrar las manifestaciones externas de su estado psicoemocional a otros para recibir apoyo adicional.

 Tales hallazgos fueron realizados por investigadores británicos de la Universidad de Nottingham Trent y la Universidad de Portsmouth, quienes publicaron un artículo sobre el tema en la revista Evolution and Human Behavior. Se publicó un comunicado de prensa correspondiente en el sitio web de la Universidad de Portsmouth.

Los investigadores han estudiado la paradoja del comportamiento estresante, en el que los humanos, al igual que otros primates, a menudo muestran signos externos de estrés "en su propio detrimento", como rascarse, morderse las uñas, aletear y tocarse la cara o el cabello. a otros que se encuentran en una condición inadecuada. Resultó que los observadores externos no solo logran determinar con bastante precisión cuándo alguien está estresado, sino que también reaccionan de manera más positiva a las personas que muestran más signos de comportamiento estresante. Como parte del estudio, los participantes en el experimento fueron grabados en video mientras realizaban un trabajo que tenían que preparar lo antes posible. Los videos se mostraron a otros voluntarios que tenían que evaluar cuán tensa pensaban que estaba la persona en el video. Los participantes en el experimento, que informaron que estaban seriamente preocupados durante la tarea, fueron percibidos por el mundo exterior como los que experimentaban el mayor estrés. Los resultados también mostraron que las personas generalmente pueden determinar cuándo los demás están estresados ​​​​debido a su propio comportamiento. Curiosamente, los sujetos que fueron identificados como los que experimentaron más estrés durante la tarea evocaron la mayor simpatía de los demás, lo que, según los experimentadores, proporcionó una clave para comprender cómo funciona la empatía y por qué las personas han evolucionado para demostrar a otros estas señales.

El homo sapiens, a diferencia de muchos otros animales, muestra una gran tendencia a cooperar con sus pares, y quizás por eso el comportamiento que informa a otros de su propia debilidad ha tenido un gran desarrollo.

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