Los especialistas han desarrollado una técnica simple y segura con un 80% de probabilidad de dar a luz a un niño de cierto género. El método se basa en la clasificación de los espermatozoides por peso, que se realiza durante la etapa de análisis genético previa al procedimiento in vitro.
Todo depende del hombre.
Hay muchas “recetas populares” sobre cómo influir en el sexo del futuro hijo: comer ciertos alimentos, elegir un día especial para la concepción, etc. Básicamente, todos estos son mitos o cuentos de viejas que no están respaldados por la ciencia. El sexo del embrión está determinado por la fusión del óvulo y el espermatozoide. Una mujer puede transmitir solo un cromosoma X a un niño por nacer, y un hombre puede transmitir tanto un cromosoma X como uno Y. De hecho, el cuerpo de la mujer no está involucrado en la determinación del sexo del niño. Si será un niño o una niña depende solo del hombre.
Las niñas nacen cuando un óvulo con un cromosoma X es fecundado por un espermatozoide con el mismo cromosoma; los niños nacen con un cromosoma Y. De todos los numerosos espermatozoides, uno gana, y cuál de ellos será más viable, el "macho" o la "hembra", es imposible de predecir. En la concepción natural, el proceso es aleatorio y no se puede programar. Es diferente si interviene la ciencia. Existen varios métodos de laboratorio para la selección del sexo del esperma: por filtración en gel, electroforesis, microscopía de fuerza atómica, citometría de flujo con marcado fluorescente y otros. Todos estos métodos tienen limitaciones. Algunos de ellos requieren mucha mano de obra, otros requieren equipos y materiales costosos y otros no dan resultados garantizados. Además, no se sabe qué tan seguros son. Cualquier intervención física puede alterar la estructura del ADN.
Investigadores de la Facultad de Medicina de la Universidad de Cornell han propuesto una técnica simple y eficaz para separar los espermatozoides en espermatozoides "masculinos" y "femeninos", que creen que podría usarse en la práctica clínica mañana mismo. El método se basa en la diferencia de peso. Los autores encontraron que los espermatozoides del cromosoma X eran más pesados. Por lo tanto, en un medio fluido con gradiente de densidad, las células "femeninas" se concentran en la capa inferior y las células "masculinas" en la capa superior. Desde agosto de 2016 hasta julio de 2020, los científicos realizaron un experimento en el que participaron más de 1,300 parejas estadounidenses que se sometieron a pruebas genéticas prein vitro. De aquellos que no tenían preferencias particulares por el sexo del feto (y resultaron ser la mayoría, alrededor del 92%), se formó un grupo de control en el que el procedimiento in vitro era estándar. Pero 105 parejas querían tener un hijo de determinado género y para ellos la separación de espermatozoides se hizo de antemano. En el grupo de control, el 45.3 por ciento de los embriones eran hembras y el 54.7 por ciento eran machos. Al mismo tiempo, entre las 59 parejas que querían tener una niña, el 79% de los embriones fueron femeninos, y de las 46 parejas que querían un niño, casi el 80% logró el resultado deseado.
Los autores señalan que el nuevo método, aunque no garantiza un resultado del 100 por ciento, aumenta la probabilidad del mismo. Aunque altamente efectiva, la nueva tecnología es relativamente barata y completamente segura. Todas las participantes del estudio dieron a luz a bebés sanos, y se encontró que ninguna de ellas tenía problemas de salud graves o retrasos en el desarrollo a la edad de tres años.
Foto ilustrativa de Sam Rana:
