Madrid, 26 de septiembre de 2023- Tras 76 años de desarrollo como parte integrante de la sociedad española, la Comunidad Bahá'í ha sido reconocida oficialmente por el Gobierno como una comunidad profundamente arraigada en el país. El informe de la Comisión Asesora sobre Libertad Religiosa fue unánimemente favorable, suponiendo un paso adelante en el reconocimiento de los derechos de las minorías y la diversidad religiosa en España.
Bahá'í, muy arraigado en España a partir de 1947
Desde la formación del primer grupo de creyentes en España en 1947, la Comunidad bahá'í ha trabajado para poner en práctica su principio fundamental, que es la unidad de la humanidad, dentro de la sociedad española a través de iniciativas y procesos de educación, desarrollo institucional y acción social, procesos que han supuesto esta semana su reconocimiento oficial como una comunidad profundamente arraigada en la país, publicado en el BOE nº 230-Sec.III (Boletín o Boletín Oficial del Estado español).
Este reconocimiento, basado en lo dispuesto en el Real Decreto 593/2015, se ha realizado tras el análisis del informe presentado a la Subdirección General de Libertad Religiosa, en el que se sustentan los cinco criterios fundamentales, entre los que se encuentra “la presencia y participación activa en la sociedad española".
Trabajando con la sociedad
Al respecto, la declaración de arraigo bahá'í emitida por el Ministerio de la Presidencia destaca “la actividad que desarrolla en la sociedad en el ámbito de la educación no formal, la defensa de los Derechos Humanos, en particular, de la libertad religiosa y de los perseguidos por su condición de bahá'́í, de la igualdad entre hombres y mujeres, que forma parte de los principios de la fe bahá'í expresados por su fundador“. Además, la disposición legal se refiere a “actividad en el ámbito académico y jurídico, así como participación en foros y mesas de diálogo interreligioso".
Además del papel social de esta comunidad, la orden ministerial de notorio arraigo (o arraigo) reconoce el cumplimiento de una serie de requisitos fundamentales: la Fe bahá'í está registrada en el país desde hace 55 años, con 108 entidades registradas y 17 lugares de culto catalogados en 15 Comunidades Autónomas y Ciudades Autónomas. Se destaca que esta comunidad “tiene una estructura que va desde la Asamblea Nacional hasta las Asambleas Locales, definiendo sus estatutos cómo se eligen sus representantes legales, el número mínimo de miembros para formar una comunidad local y las reglas de coordinación dentro de su estructura que garantizan la continuidad y responsabilidad dentro de la misma.".
Un paso adelante hacia la igualdad de trato
"Con la publicación de esta resolución, España y su administración avanzan en el proceso de igualación de derechos de las minorías”, dijo Patricia Daemi, miembro del equipo legal de la Comunidad Bahá'í. “La Fe bahá'í se convierte en la octava denominación que obtiene este reconocimiento en nuestro país pero, en este caso, y por primera vez, se aplica el Real Decreto 593/2015 que regula los criterios objetivos del arraigo se está ejecutando la declaración de confesiones religiosas en territorio español,” enfatiza Daemi.
Otro elemento a destacar es el informe favorable unánime emitido por la Comisión Asesora en Libertad Religiosa, integrada por expertos, representantes gubernamentales y líderes religiosos de confesiones de notorio arraigo, ya que supone un paso adelante en el establecimiento de relaciones igualitarias en el contexto de la diversidad religiosa en España.
Validez de los matrimonios religiosos bahá'ís
Tener el estatus de “profundamente arraigado“permite automáticamente a las comunidades religiosas dar validez civil a los matrimonios celebrados bajo su culto, un asiento permanente en la Comisión Asesora de Libertad Religiosa del Ministerio de la Presidencia y la capacidad formal para establecer un proceso de negociación bilateral con el Gobierno.
"Entendemos que nuestro papel, como el de toda religión, debe ser construir una sociedad más cohesionada, justa y próspera, aprovechando la fuerza de principios espirituales como el amor y el reconocimiento de que la humanidad es una sola familia.”, explica Virginia Pedreño, Secretaria General del Consejo de Gobierno bahá'í. “Por ello, el reconocimiento del notorio arraigo no es sólo un objetivo conseguido sino también un impulso y una motivación para seguir contribuyendo al desarrollo de la sociedad.".