Por James Blears
El secretario de Gobierno de Ecuador, Francisco Jiménez, y Leonidas Iza, quien encabeza la Confederación de Naciones Indígenas, se dieron la mano en un acuerdo mediado por el arzobispo Luis Cabrera de Guayaquil, titular de la Conferencia Episcopal del país, quien atemperó la tensión ya veces lacónica además de franca. puntos de vista.
El acuerdo pone fin a dieciocho días de disturbios, que vieron grandes manifestaciones, encabezadas por grupos indígenas, en protesta por la pobreza extrema.
Los precios de la gasolina y el diésel disminuirán en quince centavos por galón, en lugar de los diez centavos propuestos inicialmente por el gobierno. El acuerdo insiste en la necesidad de abordar la mejora de la salud y la educación, y limitar la exploración y expansión petrolera, al tiempo que prohíbe la minería en áreas protegidas, incluidos los parques nacionales.
El Gobierno tiene ahora noventa días para respaldar sus compromisos cumpliendo sus promesas.
El arzobispo Cabrera, mientras tanto, advirtió con suavidad pero con firmeza que ayudar a las comunidades marginadas debe ser la prioridad. La mitad de la población de Ecuador es indígena.
Reconociendo la gran variedad de problemas, Jiménez dijo: “Tenemos una nación con problemas, divisiones e injusticias”.
El presidente Guillermo Lasso, por su parte, dijo: “Hemos alcanzado el valor supremo al que todos aspiramos: la paz”.