por EPP
Hace setenta años, Robert Schuman publicó su Plan para Europa que condujo a la creación de la Unión Europea. Hoy, la necesidad de unidad de nuestro continente parece aún más evidente. Con todos sus defectos y errores, la Unión es la única alternativa real a la Europa de egoísmos, conflictos, pobreza y opresión.
Vivimos tiempos de pandemia, lo que nos hace darnos cuenta con toda la fuerza y claridad de la importancia de una mayor cooperación y coordinación de nuestras acciones. Los nacionalistas son excelentes para crear problemas y completamente indefensos cuando se trata de resolverlos. Ningún país por sí solo resolverá a nivel nacional ninguno de los grandes retos del siglo XXI: la pandemia, las migraciones, la crisis climática o la catástrofe medioambiental.
Hoy, los europeos necesitan enfrentarse a más de una plaga. Hemos sido atacados por el Coronavirus, y la lucha contra él es nuestra máxima prioridad hoy, pero está acompañado también por los virus que ya conocemos: la mentira, el miedo, el odio, el dudar del sentido de nuestros valores: unidad, solidaridad, democracia, los derechos de las personas y las minorías, la libertad de expresión y el estado de derecho.
El Día de Europa anno domini 2020 llega en un momento de gran prueba. Y depende de nosotros, los europeos, que la Unión sobreviva a la crisis que se avecina, quizás la más grave de nuestra historia. Pero debemos preocuparnos, preocuparnos profundamente, de lo contrario se cumplirán las profecías más sombrías de los fatalistas y los sueños siniestros de nuestros enemigos sobre la división y el colapso de Europa. Hoy necesitamos la imaginación, la determinación y el coraje de nuestros Padres Fundadores.
Y luego, como ellos, también podemos ganar.