Publicada en un periódico nacional y en las redes sociales, la declaración está estimulando conversaciones constructivas en la ciudad capital, Port Moresby, y más allá.
“La violencia de género se ha arraigado tan profundamente en nuestro país”, escribe la Asamblea Nacional en el comunicado. “Es una… manifestación de una enfermedad crónica que afecta a nuestra sociedad. La comunidad bahá'í cree que esta enfermedad, por la cual nuestro progreso y prosperidad se ven gravemente paralizados, se debe en parte a la falta de reconocimiento de la igualdad entre hombres y mujeres”.
Reflexionando sobre esta declaración, el Secretario de la Asamblea Espiritual Nacional, Confucius Ikoirere, dice: “Este es un momento en el que nuestra sociedad está pensando profundamente en cómo su cultura y tradiciones afectan a las mujeres. Las comunidades religiosas tienen la responsabilidad de ser una fuente de orientación y ayudar a disipar las supersticiones que dañan a las mujeres. La esperanza es que esta declaración cree oportunidades para que las personas hablen sobre este tema importante, para que esta conversación pueda arraigarse en todos los hogares y penetrar en las comunidades”.
La declaración destaca varios principios bahá'ís que dice que son esenciales para una sociedad que debe reflejar la igualdad de mujeres y hombres. Lo que llamó especialmente la atención, según circuló la declaración en las redes sociales, es un pasaje citado de los escritos bahá'ís que compara a hombres y mujeres con las dos alas de un pájaro, las cuales deben fortalecerse por igual para que el pájaro pueda volar. .
“La realidad es que algunas actitudes comunes en la sociedad ubican a las mujeres como inferiores a los hombres, restringiéndolas al hogar y excluyéndolas de la toma de decisiones”, dice Gezina Volmer, directora de la Oficina de Asuntos Exteriores de Baha'i en Papua Nueva Guinea. “Un principio profundo de la Fe bahá'í expresado en la declaración es que el alma no tiene género. Una vez que las personas llegan a apreciar esta y otras verdades espirituales relacionadas, ven que no hay base para la desigualdad en la sociedad. Esto conduce a un cambio significativo en la percepción y conducta hacia las mujeres. Crea una mayor comprensión de la unidad y permite la consulta en igualdad de condiciones entre hombres y mujeres”.
Felix Simiha, miembro de la Asamblea Espiritual Nacional, dice: “Durante la pandemia, las familias están fortaleciendo el hábito de reunirse para orar, lo cual es esencial para el proceso de Consulta bahá'í. Cuando una familia toma decisiones a través de consultas, las mujeres, los hombres y los niños tienen voz y la violencia no tiene cabida”.
La declaración es una contribución de la comunidad bahá'í del país al discurso sobre la igualdad. Los principios que transmite están en el corazón de los esfuerzos educativos y de construcción de la comunidad bahá'í en Papúa Nueva Guinea.
“Los aspectos de nuestra cultura pueden cambiar, particularmente cuando enseñamos nuevos valores a nuestros hijos desde una edad temprana”, dice Zha Agabe-Granfar de la Oficina de Asuntos Exteriores Baha'i del país. “Vemos de primera mano cómo las niñas y los niños aprenden a interactuar con unidad y colaboración, y luego llevan estas lecciones a sus familias.
“Desde las grandes ciudades hasta las áreas más remotas, estamos viendo cambios positivos en las comunidades que se esfuerzan por encarnar la igualdad de mujeres y hombres. Se alienta a las mujeres a estudiar, se valoran sus voces, están asumiendo roles de toma de decisiones y se están eliminando las barreras que antes las excluían de la participación plena”.
