El trabajador humanitario Aron Kassahun Aregay se unió a la Oficina de País de la OMS en Ucrania a fines de 2019. Después de haber trabajado como epidemiólogo en numerosos entornos de emergencia en el continente africano, ahora estaba a cargo de la gestión de la información, coordinando la respuesta del grupo de salud en las áreas de conflicto del este. .
“Los desafíos que presencié en Ucrania fueron algo diferentes de lo que había experimentado en otros entornos. En Ucrania, veo que las personas mayores y las personas con discapacidad son las que más luchan, están aisladas y tienen una capacidad limitada para enfrentar los desafíos de esta crisis humanitaria”, explica Aron.
“COVID-19 ha aumentado sus dificultades y sufrimientos y, por supuesto, los sufrimientos de todas las personas afectadas en las zonas de conflicto. Para nosotros, los trabajadores humanitarios, la COVID-19 sin duda se ha sumado a los desafíos existentes”.
Salvar vidas, apoyar los sistemas de salud
En emergencias prolongadas, como el conflicto en curso en el este de Ucrania, la falta de acceso a los servicios de salud esenciales es uno de los mayores desafíos para las personas que viven en situaciones de emergencia. El sistema de salud en el este de Ucrania ya se encontraba en un estado frágil antes del inicio de la pandemia de COVID-19. Muchos trabajadores de la salud se han ido de la región y las instalaciones de salud han estado abandonadas durante años.
“El principio básico de la OMS no solo para ayudar a las personas que están en crisis, sino también para apoyar y sostener el sistema de atención de la salud existente, está en el centro de nuestro trabajo como humanitarios”, dice Aron. “Brindamos capacitación técnica a los profesionales de la salud y ayudamos a entregar equipos que salvan vidas”.
Con COVID-19, Aron pronto vio que sus tareas se ampliaron. Apoyando el Sistema de Gestión de Incidentes, inicialmente difundió información sobre COVID-19 a todos los socios que trabajan en el este; promover, preparar y alinear todas las actividades de respuesta; cambiar la prioridad de todos los actores humanitarios en el área de conflicto oriental para planificar y prepararse para el brote.
Ahora, Aron lidera uno de los principales pilares de la respuesta a la COVID-19 con el Programa de Emergencias Sanitarias de la OMS en Ucrania, el de la información sanitaria, la epidemiología (vigilancia) y el rastreo de contactos, trabajando en estrecha colaboración con otros pilares de la respuesta. Su trabajo también cubre el modelado predictivo del brote y la evaluación de la preparación del sistema de salud para hacer frente a posibles aumentos repentinos de nuevas infecciones.
“Para mí, ser humanitario significa que tu objetivo final es salvar vidas a toda costa. Ya sea en las áreas de conflicto del este o en cualquier otra área con emergencias, en cualquier contexto, ya sea durante una pandemia o no”, dice Aron.
“No tomamos partido en un conflicto o crisis política y mantenemos una posición neutral en todas las situaciones a las que nos enfrentamos”, explica Aron. “La imparcialidad es una de las cosas más importantes en la respuesta a crisis y emergencias. Los más necesitados deberían ser los primeros en recibir ayuda y apoyo. Tienes que ser un superhéroe consciente y compasivo”.
Día Mundial Humanitario
El Día Mundial de la Asistencia Humanitaria, que se celebra cada año el 19 de agosto, llega mientras el mundo continúa luchando contra la pandemia de COVID-19. Los trabajadores humanitarios están superando desafíos sin precedentes para ayudar a las personas en crisis humanitarias en 54 países de todo el mundo, todos con sus entornos, desafíos y obstáculos específicos.
El Día Mundial de la Asistencia Humanitaria está dedicado a reconocer el trabajo del personal humanitario y de aquellos que han perdido la vida trabajando por causas humanitarias.
