.JPG/_jcr_content/renditions/cq5dam.thumbnail.cropped.1500.844.jpeg?w=1068&resize=1068,0&ssl=1 "Holy See calls for universal adherence to Convention on Cluster Munitions - Vatican News")
Por Lisa Zengarini
La Santa Sede ha reiterado su firme determinación de contribuir a la adhesión universal a la Convención sobre Municiones en Racimo (CCM) y ha renovado su llamado a todos los Estados fuera de la Convención para que consideren unirse a los esfuerzos globales para construir juntos un mundo más seguro. El Tratado fue firmado en 2008 por más de 100 Estados para abordar las consecuencias humanitarias y los daños inaceptables causados a los civiles por las municiones en racimo, a través de una prohibición categórica y un marco de acción.
Hablando en la Segunda Conferencia de Revisión de la Convención que se está celebrando actualmente del 25 al 27 de noviembre de 2020 en formato virtual, el Arzobispo Ivan Jurkovič, Observador Permanente del Vaticano ante la ONU y otras organizaciones internacionales en Ginebra, expresó el agradecimiento de la Santa Sede por los esfuerzos realizados para la universalización de la Convención, dando la bienvenida a Santo Tomé y Príncipe, Niue y Santa Lucía como nuevos Estados Partes.
Meta fijada en 2015 lejos de ser alcanzada
Sin embargo, lamentó que la meta de 130 Estados Partes que se fijó en la primera Conferencia de Revisión en Dubrovnik en 2015 aún está lejos de ser alcanzada y, lo más importante, el hecho de que “las municiones en racimo continúan utilizándose en algunos conflictos en la actualidad, inevitablemente dando lugar a nuevas víctimas y contaminación”. “La universalización no es un componente opcional de la Convención. Es una obligación legal” que “tiene implicaciones directas y consecuencias de largo alcance sobre las operaciones y sobre la implementación efectiva de la Convención, en particular en relación con la asistencia a las víctimas”, dijo, subrayando que: “Cuanto más invertimos en la universalización y los esfuerzos de desarme, menos tendremos que gastar en asistencia humanitaria”.
En su declaración, el Arzobispo Jurkovič también reiteró las preocupaciones de la Santa Sede sobre la introducción de una nueva terminología en el Plan de Acción propuesto que, dijo, “desviaría la atención y los esfuerzos de las obligaciones fundamentales de la Convención hacia cuestiones más políticas e ideológicas”. Por lo tanto, instó una vez más a “que se evite cualquier lenguaje que pueda tener un impacto negativo en los esfuerzos de universalización”.
Llamamiento a Estados fuera de la Convención
Finalmente, el Observador del Vaticano subrayó la firme determinación de la Santa Sede de contribuir a la adhesión universal a la Convención y a defender sus estándares y renovó el llamamiento a todos los Estados fuera de la Convención para que consideren unirse: “Se lo debemos a las demasiadas víctimas de la pasado y a las víctimas potenciales cuyas vidas podemos proteger mediante la plena implementación de la Convención”, concluyó el arzobispo Jurkovič.
