Parecía el mejor partido de la Eurocopa y no defraudó. Alemania vino de atrás para apaciguar fantasmas y alejarse de un precipicio sobre el que, desde hace unos minutos, se había estado inclinando durante mucho tiempo. Era demasiado Mannschaft para Cristiano, que volvió a marcar y se encuentra ahora a sólo dos goles de Ali Daei, el máximo goleador de todos los tiempos a nivel internacional. Puede que no le guste la cafeína, pero este partido tenía la tensión por las nubes.
El 7 abrió el marcador con un gol impresionante: despejó un córner en su propia área, galopó 80 metros y hasta empujó el balón al área contraria. Al final, fue un espejismo. Alemania rugió de vuelta con una venganza y rodó a una ventaja de 4-1. Fue la tarde en la que el lateral del Atalanta Gosens se presentó al mundo: marcó el primero (anulado), dio dos asistencias (aunque oficialmente solo se contará una porque el otro fue en propia puerta) y marcó el cuarto.
En el minuto 35 comenzó el derrumbe portugués: Rúben Dias, tratando de evitar que Havertz empujara un balón, lo envió a su propia portería; y apenas tres minutos después Guerreiro le emuló con Gnabry. El castillo de naipes se derrumbó de un plumazo. Dos goles en propia puerta en un abrir y cerrar de ojos y de repente el partido estaba 1-2. Tras el descanso, Havertz amplió la ventaja, pero esta vez nadie pudo robarle la suerte, y Gosens, el héroe de la noche, superó de cabeza a su oponente.
Portugal podría haber recortado, solo que Jota retrajo y el misil de Renato pegó en el poste. Habría sido 3-4, una locura. Pero se quedó a unos centímetros de distancia. Ganó Alemania, que comprime el Grupo F y deja todo en un puño para la última jornada.
Escrito originalmente en español por Sergio López de Vicente para el diario AS (Ver originales aquí).