Al ganar la final del Abierto de Australia el domingo contra Daniil Medvedev después de perder dos sets a cero (2-6, 6-7 [5], 6-4, 6-4, 7-5 en 5 horas y 24 minutos), Rafael Nadal agregó un título de Grand Slam número 21 a su récord, uno más que Roger Federer y Novak Djokovic.
Esperábamos una gran final entre Rafael Nadal y Daniil Medvedev, pero lo que obtuvimos fue un tira y afloja titánico físico, técnico y mental que duró cinco horas y veinticuatro minutos. El duelo, de gran intensidad, dio paso a una nueva actuación del español que, a sus 35 años, ganó el 21º Grand Slam de su carrera y, además, remontó dos sets en contra (2-6, 6-7 [5], 6-4, 6-4, 7-5).
Esta es la cuarta vez en su carrera que logra esta actuación, pero sin duda es la más importante. No solo le da su segundo Abierto de Australia, trece años después del primero, sino que también lo coloca por delante de Roger Federer y Novak Djokovic en el panteón de Grand Slam (21 títulos contra 20). Para jugador que llevaba cinco meses sin jugar por una grave lesión en el pie izquierdo, es todo un logro.
Ambos hombres jugaron una final excepcional, pero Nadal fue particularmente heroico al recuperarse de perder los dos primeros sets. El español parecía mejorar cada vez más a medida que avanzaba el partido y Medvedev finalmente se derrumbó tanto mental como técnicamente. Rafael Nadal terminó el quinto set con un ace y un muy buen primer servicio, dos elementos que el español había echado mucho en falta al comienzo de la final.
Nadal a la salida de la pista:
“No puedo creerlo, es increíble. Me siento físicamente destruido, no puedo creer cómo soporté un partido así después de todo lo que he pasado en los últimos meses. Fue uno de los partidos más emotivos de mi carrera. Daniil luchó todo el tiempo, fue increíble. Hoy fue para mí, luché muchísimo para conseguir esto (se lleva el trofeo)”.