En el mundo ideal, tendríamos el lujo de acostarnos temprano y luego despertarnos temprano, descansando para un día productivo.
Hay quizás dos aspectos importantes a tener en cuenta a la hora de dormir: la cantidad que dormimos y la secuencia de tiempo.
Todo el mundo experimenta disminuciones naturales en el estado de alerta y un mayor estado de alerta durante ciertas horas dentro de un período de 24 horas. Por lo general, tenemos más sueño entre la 1 p. m. y las 3 p. m. y entre las 2 a. m. y las 4 a. m.
Cuanto mejor sea la calidad de nuestro sueño, es menos probable que experimentemos una somnolencia significativa durante el día. El ritmo circadiano también dicta nuestro horario natural para acostarnos y despertarnos por la mañana. Una vez que nos acostumbramos a acostarnos y despertarnos a la misma hora todos los días, nuestro cerebro se adapta a este horario y lo sigue con éxito.
La mayoría de los expertos recomiendan que los adultos duerman al menos siete horas por noche. Aquí está la cantidad promedio de sueño que necesitamos obtener según la edad.
De 0 a 3 meses necesitamos entre 14 y 17 horas, mientras que de 4 a 12 meses, las horas ya son 12-16. Entre 1 y 2 años deberíamos recibir entre 11 y 14 horas, mientras que entre 3 y 5 años – 10-13 horas.
De 9 a 12 años necesitamos que las horas de sueño por día sean de 9 a 12, y de 13 a 18 años de 8 a 10 horas. De los 18 a los 60 años necesitamos al menos 7 horas por noche. De los 61 a los 64 años necesitamos unas 7-9 horas de sueño por noche, y a partir de los 65 años las horas por noche son entre 7 y 8.
