Los humanos comparten un increíble 98.8% del mismo ADN que tienen los chimpancés. Además, compartimos casi los mismos conjuntos de genes que los ratones y el 80 % del mismo ADN en las vacas.
Podemos decir con seguridad que los humanos compartimos un gran porcentaje de nuestro ADN con muchos animales diferentes. De esto podemos suponer que el porcentaje en el que nos parecemos a los gatos también es alto, ¿verdad? Para el deleite de los amantes de los gatos, humanos y mascotas, ¡compartimos alrededor del 90% de su ADN!
Los gatos comparten una sorprendente cantidad de ADN con nosotros
Se cree que las mascotas son las más cercanas a los humanos en términos de ADN además de los chimpancés. Sin embargo, obviamente no tenemos mucho en común con los gatos sobre la forma en que vivimos nuestras vidas. Ellos son carnívoros, mientras que nosotros somos omnívoros y en estas necesidades nos parecemos más a los perros. Por otro lado, no usan el baño como nosotros, no ven televisión, no van a trabajar (cosa que envidiamos, a pesar de que trabajan para su alimento en la naturaleza). Típico de todos los animales, diríamos que son más primitivos que nosotros. Sin embargo, ¿por qué compartimos tanto ADN?
Nuestro ADN compartido es solo un marcador de composición genética y defectos. Esto no nos hace actuar de la misma manera o tener la misma forma de vida, lo que debería ser obvio si miramos las diferencias solo en los humanos.
Cómo el ADN compartido puede beneficiar a humanos y gatos
Compartir tanto ADN con estos amigos ronroneantes significa que podemos aprender más sobre cada especie y cómo lidiamos con el estrés, la enfermedad, el parto y cualquier cosa que nos interese. Esto nos ayudaría a comprender mejor por qué los amigos ronroneantes desarrollan ciertos problemas y cómo podemos ayudarlos.
Por el contrario, probablemente podamos aprender más sobre cómo se desarrollan las enfermedades centrándonos en cómo ocurren en los gatos. Desafortunadamente, no se conocen investigaciones en humanos que puedan ayudar a humanos y gatos a aprender unos de otros en función de sus similitudes o al menos no en esta etapa.
Por lo tanto, podemos alegrarnos de tener tantas similitudes, pero por el momento no podemos usarlas para nada que sea de gran beneficio para nosotros y nuestras vidas.
Es importante tener en cuenta que nunca se debe realizar una investigación que pueda dañar a un ser humano o a un gato (física o mentalmente) en nombre de la ciencia. Hay muchas formas de estudiar ambos tipos cuando se trata de aprender más sobre nuestro ADN compartido y cómo afecta nuestras vidas. Varias organizaciones y países están luchando (y con éxito) contra estos métodos de investigación.
En conclusión, podemos decir que los gatos y los humanos podemos compartir una gran cantidad de ADN, pero somos especies muy diferentes.
El hecho de que compartamos tanto ADN no significa que debamos vivir más como los gatos o que los gatos deban vivir más que nosotros. Es solo que nuestros cuerpos y moléculas están compuestos de muchos de los mismos tipos de información.
