VARSOVIA, 22 de agosto de 2022 — Establecer, mantener y acceder a lugares y objetos de culto o contemplación son cruciales para el derecho a la libertad de pensamiento, conciencia, religión o creencias, que se aplica durante los conflictos y en tiempos de paz, dijo la Oficina de la OSCE para Instituciones Democráticas y Derechos Humanos (OIDDH) en el Día Internacional de Conmemoración de las Víctimas de Actos de Violencia Basada en la Religión.
"La región de la OSCE tiene un rico patrimonio cultural y religioso, pero los edificios y las reliquias religiosas no son solo objetos del pasado, son profundamente importantes para las comunidades vivas de hoy.”, dijo el director de la OIDDH, Matteo Mecacci. “Los ataques a los lugares de culto van en contra tanto de la letra como del espíritu del derecho a la libertad de pensamiento, conciencia, religión o creencias. Deben ser protegidos para garantizar que las comunidades sepan que se respeta su pasado y que su futuro está a salvo”.
Los datos más recientes sobre delitos de odio de la OIDDH revelan que el 51% de todos los incidentes denunciados a la Oficina fueron delitos de odio antirreligiosos. La mayoría de estos delitos se dirigieron a propiedades, como mezquitas, sinagogas, iglesias y cementerios, aunque se acepta ampliamente que la gran mayoría de los delitos motivados por el odio nunca se denuncian a las autoridades estatales ni a nadie más. Las cifras de la ONU también muestran que 175 sitios del patrimonio cultural en Ucrania han sido dañados desde el 24 de febrero de 2022, de los cuales 74 son sitios religiosos.
El odio y la intolerancia contra las personas de determinadas comunidades religiosas rara vez se manifiestan de forma aislada, sino que van acompañados de otras violaciones de los derechos humanos. El efecto general de la violencia y la discriminación no solo es negativo para las comunidades afectadas, sino también para la situación de seguridad en toda la región de la OSCE.
El daño también puede ser menos obvio, con comunidades religiosas o de creencias pacíficas que luchan en algunos países de la OSCE para registrar sus edificios religiosos o enfrentan sistemas de registro obligatorios, una burocracia insuperable o el cierre arbitrario y la confiscación de sus propiedades. Esto muestra claramente que los estados tienen mucho que hacer para garantizar que la libertad de pensamiento, conciencia, religión o creencias sea una realidad para todos.
La OIDDH sigue ayudando a los países de la OSCE a cumplir sus compromisos de respetar este derecho y trabajar por sociedades tolerantes. Más información sobre el trabajo de ODIHR en esta área está disponible esta página.