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Martes, 7 de mayo de 2024
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La piña y nuestro cuerpo

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julia romero
julia romero
Por Julia Romero, autora y experta en Violencia de Género. Julia Es también profesora de Contabilidad y Banca y funcionaria pública. Ha obtenido primeros premios en diversos certámenes de poesía, ha escrito obras de teatro, colabora con Radio 8 y es presidenta de la Asociación Contra la Violencia de Género Ni Ilunga. Autor del libro "Zorra" y "Casas Blancas, un legado común".

Cuando Cristóbal Colón regresó de uno de sus viajes a América, allá por el siglo XVI, trajo consigo una fruta completamente desconocida en Europa y que recibió el nombre de piña por su parecido con la piña.

Su nombre científico es Ananas Comosus, y en los países de América del Sur se la conoce como “ananas”, traducida como “fruta deliciosa” en portugués.

En España, el cultivo de esta fruta se da íntegramente en Canarias.

Originaria de Brasil, actualmente, según los expertos, la mejor piña del mundo se produce en Costa Rica en la variedad “piña plana”.

Para los inexpertos en la elección de una piña, hay que decir que el punto de maduración se sabe cuando, tirando suavemente de las hojas, y si se desprenden significa que está perfecta para el consumo. También podemos ver la punta puntiaguda de color verde, conocida como fronda y allí, dependiendo de su color más oscuro, estará madura.

La piña se deteriora a temperaturas inferiores a los 7ºC, por lo que no es recomendable dejarla sin abrir en el frigorífico, ya que un lugar fresco y seco es ideal para conservarla. Ahora bien, si está pelado y cortado debemos dejarlo en el frigorífico tapado con film transparente y consumirlo lo antes posible.

Todos la conocemos y hemos comido su refrescante pulpa, o bebido el jugo que se obtiene al exprimirla, incluso los más atrevidos han perpetrado con ella una lucha dialéctica por los gustos, concretamente sobre si conviene o no utilizarla como ingrediente en una pizza. . Pero para gustos…

Lo que no todos sabemos es la cantidad de beneficios que nos aporta su ingesta. Así, debemos saber que el 86% de su peso está compuesto por agua, lo que convierte a la piña en una importante fuente de hidratación y que sus calorías son mínimas, tendiendo a engañar a su dulce sabor.

Por cada 100 gramos, la piña nos aporta unas 50 kcal, un 13.12% de hidratos de carbono, pero ojo, estos son de lenta absorción y beneficiosos para el organismo; Tiene un 18% de ácido ascórbico y un 9.85% de azúcares, siendo estos sacarosa, glucosa y fructosa y que dependen del tiempo de maduración del fruto. Cuanto más tiempo en el árbol, mayor aporte calórico. Esto lo habremos comprobado al comer una piña más bien tierna al tacto, su sabor es mucho más dulce, de lo que podemos deducir que la proporción de azúcar ha aumentado en la fruta.

La piña posee minerales como potasio, calcio y magnesio, además de vitamina C. Además, su consumo es excelente para personas con enfermedades cardiovasculares, diabetes y cáncer.

Lo que no solemos utilizar de esta fruta es su corteza. De esta parte de la piña se puede obtener fibra dietética y fenoles. Es bueno saber que la cáscara de piña, hervida e infusionada después de las comidas o entre horas, sirve para desinflamar y también el dolor y combate el estreñimiento. Este no nos aportará fibra, pero su acción hidratante ayuda a ablandar las heces.

Gracias a la piña podemos regular nuestro tránsito intestinal, debido a su alto contenido en fibra respecto a otras frutas. También es beneficioso para mejorar el sistema digestivo, evitando problemas intestinales como la diarrea y el síndrome del intestino irritable. Eso sí, se debe tomar fresco, ya que el calor anula la acción de la bromelina, que es una enzima proteolítica presente en el tallo y fruto de la piña y que nos ayuda a perder peso.

Hay aspectos de la piña que muchas veces se desconocen, como que es antiinflamatoria y, por tanto, muy buena para casos de tendinitis y afecciones reumáticas con edema en las extremidades.

Mejora la salud ocular, gracias a los betacarotenos que posee esta fruta, y ayuda a mantener los huesos fuertes gracias al calcio que aporta y a la regeneración de sus células.

Es recomendable para el hígado si se consume habitualmente y ayuda a eliminar el agua que retenemos en los tejidos del cuerpo y que puede provocar dolores en piernas y manos, gota o aumento de peso o celulitis.

Si tienes resfriado y tienes mucosidad, no dejes de tomar piña, ya que ayuda a eliminarla. También está indicado para el buen estado de los vasos sanguíneos y así nos ayuda a evitar problemas de circulación sanguínea, aumento de la presión arterial y la formación de coágulos o riesgo de embolias.

Protege nuestra piel ayudando a la curación de úlceras cutáneas y quemaduras.

Finalmente, destacaremos que interfiere en el desarrollo de células malignas y reduce el riesgo de metástasis de algunos tipos de cáncer. Se está investigando su ayuda en tratamientos de quimioterapia, y parece tener un efecto positivo potenciando sus efectos.

También hay que tener en cuenta que existen riesgos en el consumo de este alimento, especialmente para personas que padecen úlcera gastroduodenal y gastritis, debido a su contenido en ácido y su capacidad para aumentar la producción de jugos gástricos.

publicado originalmente en La DamadeElche.com

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