Esto sucedió a la llegada del presidente turco a Budapest. Viktor Orbán lo sorprendió con un regalo: un caballo. “Un regalo de una nación equina a otra nación equina: Aristocrat, un semental de la raza Nonius de la granja de caballos Mezehedish”, escribió en Facebook y acompañó la publicación con una foto. .
A cambio, recibió un coche eléctrico de manos de Recep Erdogan.
Los dos demostraron un serio calentamiento de las relaciones. Esta es la segunda visita de Erdogan a Hungría en los últimos meses. La ocasión oficial es el centenario del establecimiento de relaciones diplomáticas entre los dos países, pero la atención se centra en el tema de la membresía de Suecia en la OTAN, que ni Turquía ni Hungría han ratificado todavía.
“Para Hungría, Turquía es muy importante. Hungría no tiene seguridad sin Turquía. No podemos detener la migración que nos amenaza sin su ayuda. El único país que pudo lograr algún resultado en la dirección de la paz entre Ucrania y Rusia fue Turquía, con el acuerdo sobre cereales”, especificó Orban.