Resultó que esto no es un tocado en absoluto.
El objeto de plumas, que los estudiosos han confundido durante mucho tiempo con el tocado de Cuautemoc (el último gobernante azteca de la dinastía Acamapichtli), se exhibe actualmente en el Museo Nacional de Antropología de México en una exposición dedicada al 500 aniversario de la caída. de la ciudad-estado azteca de Tenochtitlan.
Recientemente, expertos franceses y mexicanos lo estudiaron y llegaron a la conclusión de que es imposible llevar este objeto en la cabeza. Y esta no es la única sorpresa. Resultó que fue creado entre 1626 y 1810, mientras que el Tlatoani Cuautemoc fue ahorcado por orden de Hernán Cortés en 1525.
El pseudo-artefacto ingresó a la colección del museo gracias al anticuario francés del siglo XIX y principios del XX, Eugene Boban, quien se especializó en antigüedades mesoamericanas precolombinas. Boban fue anticuario en la corte de Maximiliano I, primer y último emperador de México de la dinastía de los Habsburgo, y actuó como intermediario en la venta del “tocado de Cuautemoc”.
Por cierto, esta no es la primera falsificación por cuenta del anticuario. La calavera de cristal, vendida originalmente por Boban y ahora en el Museo Británico, también resultó ser una falsificación del siglo XIX en lugar de un artefacto precolombino.
Materiales usados de Mexico News Daily