Por Noticias del Vaticano
El 27 de septiembre, la Iglesia conmemorará los 106th Día Mundial del Migrante y del Refugiado.
La primera celebración del Día fue en 1914, solo unos meses antes del estallido de la Primera Guerra Mundial, cuando el Papa San Pío X llamó a todos los cristianos a orar por los inmigrantes. En 2005, el Papa San Juan Pablo II anunció que la Jornada Mundial se celebraría en toda la Iglesia el segundo domingo después de la Epifanía; en 2018, a petición de varias conferencias episcopales, el Papa Francisco trasladó la celebración al último domingo de septiembre.
En su Mensaje para la conmemoración de este año, el Papa Francisco escribe: “Dios no quiso que los recursos de nuestro planeta beneficiaran solo a unos pocos. ¡Esta no era la voluntad del Señor! Tenemos que aprender a compartir para crecer juntos, sin dejar a nadie atrás”.
la historia de eric
Esta semana, la Sección de Migrantes y Refugiados del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral ha publicado su cuarto video en una campaña de comunicación para ayudar a difundir el mensaje del Papa Francisco.
En el video, Eric Estrada Buenaño cuenta su experiencia como desplazado interno en Venezuela.
“Me convertí en un desplazado por varias razones”, explica: “falta de agua potable y gas doméstico, e inseguridad”. Señala, además, que su estado natal “es remoto y siempre ha tenido problemas con guerrillas, anarquía, crimen organizado y secuestros”.
Como una segunda familia
Eric encontró un hogar con una nueva familia, quienes le dieron un lugar para vivir, compartieron su comida y lo ayudaron a encontrar trabajo. “Son como una segunda familia para mí”, dice, “y [ellos] me han ayudado enormemente”.
“Me han ayudado a crecer en la fe”, agrega.
Compartir nos hace más humanos
Basándose en su propia experiencia, Eric dice: “Hay personas que necesitan nuestra ayuda. Compartir nos hace más humanos, fortalece nuestra fe en Dios y nos hace sentir sus hijos”.
Pero compartir, dice, es algo más que compartir recursos materiales: “Se trata también de compartir nuestra experiencia de vida, nuestras alegrías, amor, una palabra de aliento”.
“Todo lo que podamos dar hará bien; de alguna manera, ayudará a alguien”, insiste Eric.