BEIRUT — La Unión Europea expresó el lunes “decepción y preocupación” por la renuncia del primer ministro designado de Líbano durante el fin de semana e instó a los líderes del país a hacer todo lo posible para formar un gabinete que satisfaga las demandas de la gente.
La renuncia de Mustapha Adib durante un estancamiento político se produjo en medio de la peor crisis económica y financiera del Líbano en décadas, que empeoró por una explosión masiva en Beirut a principios de agosto que mató e hirió a muchos y causó daños generalizados.
Adib, quien presentó su renuncia el sábado, casi un mes después de obtener el apoyo mayoritario del Parlamento, dejó Beirut el lunes temprano para regresar a su puesto como embajador del Líbano en Alemania.
La renuncia de Adib fue un duro golpe para los esfuerzos del presidente francés, Emmanuel Macron, por romper un peligroso estancamiento en el país afectado por la crisis. Macron atacó el domingo al grupo militante Hezbollah y a toda la clase política libanesa, y advirtió sobre una nueva guerra civil si no pueden dejar de lado los intereses personales y religiosos para desbloquear la ayuda internacional y salvar al Líbano del colapso económico.
Macron ha estado presionando a los políticos libaneses para que formen un gabinete compuesto por especialistas no partidistas que puedan trabajar en la promulgación de reformas urgentes para sacar al Líbano de una devastadora crisis económica y financiera.
El jefe de política exterior de la Unión Europea, Josep Borrell, instó a los líderes del Líbano a “unirse y hacer todo lo posible para la formación oportuna de un gobierno que debe ser capaz de satisfacer las necesidades y demandas legítimas del pueblo libanés”.
Borrell dijo que el nuevo Gabinete debería estar “comprometido a abordar los múltiples y agudos desafíos del Líbano, en particular sus crisis humanitaria, socioeconómica y financiera, la pandemia de coronavirus y la reconstrucción de Beirut”.
Subrayó el continuo apoyo de la UE al Líbano y su pueblo.
La comunidad internacional ha dicho repetidamente que Líbano no recibirá ayuda financiera antes de llevar a cabo reformas para poner fin a décadas de corrupción y mala gestión por parte de la clase dominante que llevó al pequeño país al borde de la bancarrota.
Macron acusó el domingo a los líderes políticos del Líbano de “traición colectiva” y de elegir “favorecer sus intereses partidistas e individuales en detrimento general del país”.
Los dos principales partidos chiítas del Líbano, Hezbolá y su aliado Amal, encabezados por el presidente del Parlamento, Nabih Berri, habían insistido en mantener el Ministerio de Finanzas en el nuevo gobierno y en nombrar a todos los ministros chiítas del gabinete. Adib rechazó esas condiciones y renunció.
El lunes, el dólar cotizaba a 8,200 libras en el mercado negro, una caída del 8% de la moneda local desde la renuncia de Adib. La tasa oficial se mantiene en 1,507 libras por dólar.
Se espera que la crisis empeore a medida que se agoten las reservas del banco central, lo que podría obligar al gobierno en los próximos meses a terminar con los subsidios a medicamentos y combustibles, aumentando considerablemente sus precios.
Líbano dejó de pagar su deuda por primera vez en marzo. Las conversaciones con el Fondo Monetario Internacional sobre un paquete de rescate se han estancado.
La crisis se ha visto agravada por la pandemia de coronavirus y, más recientemente, por la explosión del 4 de agosto en el puerto de Beirut provocada por la detonación de miles de toneladas de nitratos de amonio. Mató a casi 200 personas, hirió a miles y causó pérdidas por valor de miles de millones de dólares.
Cook informó desde Bruselas.
