La Corte Penal Internacional (CPI) desempeña un papel esencial en la impartición de justicia a las víctimas de algunos de los crímenes más horribles del mundo. Su independencia e imparcialidad son características cruciales del trabajo de la Corte, que son fundamentales para la legitimidad de sus sentencias.
Las sanciones anunciadas por la administración de los Estados Unidos el 2 de septiembre contra dos miembros del personal de la Corte, incluido su Fiscal, son medidas inaceptables y sin precedentes que intentan obstruir las investigaciones y los procedimientos judiciales de la Corte.
La CPI debe poder trabajar de manera independiente e imparcial, libre de interferencias externas. Estados Unidos debería reconsiderar su posición y revertir las medidas que ha tomado. La impunidad nunca debe ser una opción.
La Unión Europea es inquebrantable en su apoyo a la universalidad del Estatuto de Roma ya la CPI. Lo defenderemos resueltamente de cualquier intento de obstruir el curso de la justicia y socavar el sistema internacional de justicia penal.