Como Federación Europea para la Libertad de Creencias (FOB) y yo mismo como abogado de derechos humanos hemos sido testigos y hemos estado lidiando con casos de discriminación contra minorías religiosas y espirituales y sus miembros también.
Más de una vez los gobiernos han utilizado las cuestiones fiscales y tributarias en detrimento de algunos grupos para detener sus actividades, por ejemplo, cuando los grupos crecían demasiado rápido o cuando las autoridades no les gustaban.
En ocasiones, a estos grupos se les niega el estatus de exención de impuestos, si tal sistema se implementa en el país, o se revoca el estatus después de haberlo disfrutado por algún tiempo.
Esto ha sucedido también en los países occidentales, no sólo fuera Europa como alguien puede pensar.
Taiwán es ahora una democracia plena cuyo estado actual se deriva de un pasado complicado; pero después de todo, los tiempos de la ley marcial han pasado hace mucho tiempo.
Taiwán es un gran país que tuve el gusto de visitar más de una vez, y donde también tuve el placer de dictar un curso sobre Derechos humanos, Ley de Minorías y Libertad de Religión y Creencia en la Universidad de Soochow, en 2012.
Me impresionó la diversidad cultural, religiosa y espiritual de Taiwán donde, en un mismo edificio, se pueden encontrar lugares de culto de diferentes religiones. Uno al lado del otro. Literalmente.
El caso fiscal que involucra a la comunidad Tai Ji Men ha durado demasiado. De hecho, a pesar de que todos los reclamos fiscales se han borrado en el Tribunal, y ya no debería existir ningún reclamo, sin embargo, la Oficina de Impuestos aún mantiene un reclamo fiscal para el año 1992 a pesar de las sentencias del Tribunal a favor de Tai Ji Men, y que corre el riesgo de dañar a Tai Ji Men, después de haberles costado millones de dólares taiwaneses en costos de juicios.
El caso TJM en curso es inaceptable en términos generales y también muy difícil de entender desde un punto de vista legal.
Basándose en el principio legal de “Estoppel”, no se puede argumentar ni afirmar que los Tai Ji Men tienen que pagar impuestos por el año 1992 en disputa, ya que no debería haber ninguna disputa en absoluto, siendo esto una clara contradicción, especialmente, si tenemos en cuenta cuenta el otro principio de “legítima expectativa” (o seguridad jurídica) según el cual quienes actúan de buena fe sobre la base de la ley tal como es o parece ser, no deben verse frustradas en sus expectativas.
Como Federación Europea para la Libertad de Creencia (FOB) y personalmente espero y deseo que este caso pueda concluir de la mejor manera posible, honrando a los Tai Ji Men y también honrando los logros y compromisos democráticos de Taiwán para la salvaguardia de los derechos humanos y las libertades fundamentales.
Nuestra expectativa es que Taiwán respete estos principios y, al cumplir con ellos, finalmente cumpla con todas las expectativas legales de Tai Ji Men en este asunto.