Por redactor de Vatican News
“El regreso de los peregrinos significa que Jerusalén vuelva a respirar con dos pulmones”, dijo el arzobispo Pizzaballa en una entrevista con la radio del Vaticano. Después de abrir con alegría las puertas del Patriarcado de Jerusalén a los fieles, sacerdotes y periodistas que se encuentran en Tierra Santa como primer grupo de la Ópera Romana Pellegrinaggi, el arzobispo Pizzaballa renovó su invitación para venir a Tierra Santa.
Una experiencia diferente
El significado de la peregrinación a Tierra Santa “nos permite experimentar con nuestros ojos”. Siempre es una experiencia extraordinaria, que este primer grupo está viviendo en una dimensión de recogimiento aún más especial: en los lugares sagrados, de hecho, no hay las habituales colas para entrar ni el alboroto habitual de los turistas. Es un tiempo de dolor por la ausencia de los peregrinos, subraya el patriarca, pero también de reflexión:
No necesitamos aglomeraciones, dice el arzobispo Pizzaballa, explicando que este tiempo de vacío, después de haber traído tantos problemas a todos y especialmente a tantas familias que viven del turismo en esta tierra, puede ser una oportunidad para repensar. Podemos intentar repensar el ritmo y la modalidad de los viajes para que respondan mejor a las necesidades de los peregrinos pero también de los que hacen turismo religioso y puedan ser tocados espiritualmente por el encuentro con los lugares, con los hechos de Jesús y por tanto con la persona de Cristo.
La bienvenida
Tras la Misa de Getsemaní y la visita a Belén, llegó el momento de la oración en el Santo Sepulcro, con el abrazo ideal entre los frailes de la Custodia y el cardenal Feroci que encabeza el grupo de peregrinos.
Fueron recibidos a su llegada con una oración cantada por los hermanos menores de la Custodia. En particular, fray Sinisa recordó que la Basílica del Santo Sepulcro nunca ha estado realmente cerrada. Lo subrayó al explicar que le sorprendió y le dolió la noticia dada por los medios de una supuesta reapertura con el fin del confinamiento. Nunca ha habido un cierre del Santo Sepulcro ni de día ni de noche, explicó el fraile, asegurando que la oración es constante para todos los cristianos del mundo y pidiendo que se recen por Tierra Santa.
