Aaron Beck, el creador de la terapia cognitiva desarrollada en la década de 1960 y que causó una revolución en la psiquiatría, ha muerto a los 100 años en Estados Unidos, informaron agencias mundiales.
Beck murió en su casa de Filadelfia, dijo su hija, Judith Beck, quien dirige el Instituto Beck, que ha capacitado a miles en terapia cognitivo-conductual (CPT).
“Mi padre dedicó su vida a desarrollar y probar tratamientos para mejorar la vida de innumerables personas con problemas de salud en todo el mundo”, dijo, y agregó: “Realmente cambió el campo de la salud mental”.
A diferencia del psicoanálisis, desarrollado y aplicado por Sigmund Freud, en el que se asigna un papel importante al inconsciente y se anima a los pacientes a compartir sus recuerdos, la terapia cognitiva se centra en el presente.
En los primeros años de su trabajo como psiquiatra, Aaron Beck descubrió que sus pacientes a menudo expresaban pensamientos negativos, a los que más tarde llamó “pensamientos automáticos”.
La terapia cognitiva estimula a los pacientes a trabajar la forma en que perciben las situaciones, a reconocer sus pensamientos negativos para poder cambiarlos. Se les anima a comprobar estas transformaciones en su vida diaria.
La terapia de Beck se utiliza en todo el mundo para tratar la depresión, la ansiedad, los trastornos alimentarios y de la personalidad y otros problemas de salud mental.
Aaron Beck nació en julio de 1921 en Providence, Rhode Island. Se graduó de las universidades de Brown y Yale. Es autor o coautor de unos 20 libros. En 1994, junto con su hija Judith, fundó el Instituto Beck, que formó a más de 25,000 especialistas de 130 países en la técnica creada por Aaron Beck.
Según el instituto, la eficacia de la terapia cognitivo-conductual se ha confirmado en más de 2,000 estudios.