Los niños permanecen casi tres veces más tiempo del recomendado frente a las pantallas de los dispositivos electrónicos durante la pandemia del coronavirus, según un nuevo estudio canadiense, citado por “Medical Express”.
Por otro lado, los padres están estresados por problemas económicos o porque se han quedado sin trabajo.
En promedio, los adolescentes pasan casi seis horas al día frente a los monitores, según datos recopilados por investigadores de la Universidad de Western Ontario. Algunos incluso miran las pantallas de sus dispositivos electrónicos durante más tiempo: las impresionantes 13 horas al día.
Los pediatras canadienses recomiendan que los niños mayores de cinco años permanezcan frente a las pantallas durante dos horas.
Los científicos calculan el tiempo total que los niños ven televisión, usan computadoras, teléfonos inteligentes o juegan videojuegos.
El estudio involucró a padres con niños entre las edades de seis y doce años. Completan un cuestionario en línea que compara el tiempo antes del dispositivo electrónico con otras actividades diarias antes y durante la pandemia de Covid-19. Los voluntarios también responden preguntas relacionadas con los niveles de estrés y la participación de los niños en diversas actividades.
La conclusión es que la mayoría de los padres están estresados y los adolescentes permanecen frente a los dispositivos electrónicos durante mucho más tiempo.
Según científicos canadienses, el estrés de los padres se debe a circunstancias individuales. Por ejemplo, pueden estar preocupados por vivir en un departamento pequeño, tener problemas financieros o estar desempleados. Aunque el estudio no aborda estos factores, los investigadores esperan establecer los efectos a largo plazo de sentarse demasiado frente a las pantallas de los dispositivos electrónicos a través de un nuevo estudio que ya está en marcha. Los resultados serán claros en la primavera del próximo año.
Los expertos alientan a los padres a controlar el uso de dispositivos electrónicos por parte de los niños y a planificar actividades que no estén relacionadas con el uso de dispositivos de alta tecnología.
Los datos del estudio canadiense se publicaron en el Journal of Affective Disorders.