La central eléctrica austriaca Simmering ya tiene un empleado diferente: un robot, cariñosamente llamado por sus colegas Energy Dog. Este es el primer perro robot de este tipo en Europa que se utilizará en el funcionamiento regular de la central eléctrica y reportará fallas de forma autónoma allí. El robot ya está dando vueltas por el sitio de la planta de energía, pero todavía está en modo de entrenamiento y los expertos lo alimentan con conocimiento para aprender cómo funcionan los sistemas en modo normal. A partir de la primavera de 2023, se utilizará las 24 horas del día para ayudar a garantizar la electricidad para más de 800,000 XNUMX hogares en Viena.
El perro energético aprende de sus compañeros, aporta conocimientos valiosos y hace que el trabajo diario sea más fácil y seguro para los empleados. Con la ayuda de la inteligencia artificial, se deshacen de las actividades rutinarias y se enfocan en actividades complejas y resolución de problemas. Los futuros recorridos rutinarios de la planta serán asumidos en su totalidad por Energy Dog. No reemplazará a ningún empleado, sino que solo brindará soporte de alta tecnología. El perro energético está equipado con una serie de cámaras y sensores especiales, incluida una cámara termográfica, así como un sensor acústico y un sensor de olfato.
El sistema de asistencia digital inspecciona la instalación durante unos 90 minutos y detecta posibles fuentes de peligro en una etapa temprana, como una fuga de gas. En situaciones difíciles, ya no será necesario que las personas entren en la zona de peligro, sino que podrán utilizar al perro para identificar con seguridad y precisión las fallas y luego solucionarlas.
El proyecto de investigación está financiado por el Fondo de Innovación de los Servicios Públicos Municipales de Viena.