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Miércoles, 17 de abril de 2024
SaludAntidepresivos y salud mental, un maldito negocio multimillonario

Antidepresivos y salud mental, un maldito negocio multimillonario

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Gabriel Carrión López
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Gabriel Carrión López: Jumilla, Murcia (ESPAÑA), 1962. Escritor, guionista y videógrafo. Ha trabajado como periodista de investigación desde 1985 en prensa, radio y televisión. Experto en sectas y nuevos movimientos religiosos, ha publicado dos libros sobre la banda terrorista ETA. Coopera con la prensa libre y da conferencias sobre diferentes temas.

El consumo de antidepresivos sigue aumentando en un mundo que busca más fácilmente la pastilla que encontrar el problema real y solucionarlo.

En 2004 la Agencia del Medicamento realizó un estudio donde dejó claro que el consumo de antidepresivos se había multiplicado en el mundo por tres. Todavía en aquellos momentos nos quedaba por sufrir una recesión a nivel mundial, que se vio agravada por esa pandemia que la Organización Mundial de la Salud se sacó de la manga y que nos sumergió a todos, al parecer, en un problema de salud mental del que sólo parece que nos vamos a poder librar con medicación permanente.

Antidepresivos, receta fácil

Atenerse a España y comparar datos, en 1994 se vendieron en nuestro país 7,285,182 envases de antidepresivos, en 1999 (cinco años después) 14,555,311 y en 2003 se prescribieron 21,238,858 envases. Si multiplicamos esto por el número de pastillas de cada paquete, cientos de millones de pastillas se pusieron en circulación en el mercado nacional sin excesivo control.

En el año 2021, donde todos pasamos a ser enfermos mentales, se pusieron en circulación más de 50 millones de envases.

Para José Luis Quintana, médico de familia, “el problema es que haya un probable abuso de los antidepresivos”. Otro de los medicamentos más recetados son los ansiolíticos, que son administrados desde la Seguridad Social sin que se nos advierta fehacientemente de los posibles riesgos. En muchas ocasiones, incluso se nos administran los dos medicamentos sin una valoración de cuál puede ser el efecto secundario al que nos veamos abocados. Hoy día se tiene claro que se ve afectado nuestro sistema cognitivo y que sobre todo en personas con cierta edad, puede incluso, perjudicar a las funciones motoras.

antidepresivos fotografía macro de vasos en la bandeja
Foto de Nastya Dulhiier

No es una sorpresa que ya en 2004, Julio Bobes, Catedrático de Psiquiatría de la Universidad de Oviedo, llegó a afirmar con toda la alegría que “el mayor grado de formación continuada del personal sanitario ha contribuido a la identificación precoz de los trastornos mentales y aun mejor manejo de los psicofármacos”.

Hoy día uno se deja la barba, se desaliña y se va a su médico de cabecera con cara de pocos amigos, se toma un café para mantener una adecuada subida de tensión y le cuenta alguna historia negativa sobre su vida, que no tiene por qué ser cierta, y automáticamente conseguirá un diagnóstico de depresión, para lo cual le recetarán un interesante envase cuyas indicaciones no deberían leer. Quizá porque entre los efectos negativos, es muy posible que recoja que dicho producto puede acarrearle depresión. La pescadilla que se muerde la cola hace que en las contraindicaciones de las pastillas que se suministran para la depresión se pueda llegar a encontrar que acarrea la misma enfermedad mental que presuntamente desea combatir.

Alejandro Sanz en Twitter

Hace unos días, Alejandro Sanz, una estrella de la música mundial, escribió lo siguiente en Twitter, que hizo sonar las alarmas en todo el mundo:

No estoy bien. No sé si esto sirve de algo pero quiero decirlo. Estoy triste y cansado. Por si alguien más cree que hay que ser siempre una brisa de mar o un fuego artificial en una noche de verano. Estoy trabajando para que se me pase… llegaré a los escenarios…,,

Se comenzó a hablar de salud mental en informativos, en tertulias y se llenaron páginas de diarios y programas radiofónicos sobre dicho tema. Yo también estoy cansado y existen días donde no me siento ni brisa de mar, ni medusa, ni sirenita, y ¿qué?

Estar triste se ha vuelto suficiente para conseguir drogas (antidepresivos)

Las industrias farmacéuticas han ganado por goleada cuando confundimos un estado de ánimo normal, no todos los días son iguales, con una depresión o con una enfermedad mental. Ramón Sánchez Ocaña, uno de los periodistas científicos más conocidos a principios de siglo escribió en su libro El Universo de las drogas, de editorial Planeta:

Los antidepresivos, como su nombre indica, son sustancias diseñadas para combatir la depresión. Normalmente, sus efectos no deseados se asocian a somnolencia, ralentización de los reflejos, pérdida de atención, tendencia a engordar… El problema es que se puede abusar de ellos para contrarrestar una situación de tristeza, o, como se ha planteado recientemente, para sobrellevar con una situación difícil. Algunos antidepresivos se conocen como "la píldora de la timidez". Se corre el riesgo, en la sociedad medicalizada de hoy, de creer que hay que estar siempre afinado y por tanto, si no se está, se puede recurrir a la ayuda química de un droga".

Antidepresivos, violencia y asesinatos

Esto de arriba lo escribía Sánchez Ocaña en 2004. Un año antes, a finales de agosto de 2003, en España, el teniente coronel y psicólogo Rafael Gil de la Haza, de 56 años, que trabajaba en el ala psiquiátrica del hospital militar San Carlos, en Cádiz, mató a su hija de 12 años, Ana Gil Cordero de un disparo y luego otro para suicidarse. Lo único que articuló a decir todo el mundo fue “qué pasaría por su cabeza”.

Eso sí, mientras éste estaba bajo el efecto de un tratamiento psicotrópico, todo el mundo coincidió en afirmar que llevaba ya varios días taciturno, replegándose en sí mismo y que quería a su hija de una forma exagerada. ¿Por qué fallaron todas las herramientas a su alcance? Nada, ni siquiera la psiquiatría es infalible. Es más me atrevería a aseverar que es poco falible.

Unos días antes de que el teniente coronel y psicólogo matara a su hija, en Madrid , la Guardia Civil detuvo a una mujer que, según la agencia EFE: …había matado a su bebé de un mes en su domicilio de Las Rozas (Madrid), y que tuvo que ser trasladada a un hospital para recibir tratamiento psiquiátrico trastorno que padece.

Los principales medios de comunicación silenciados

Una de las cuestiones que echo de menos en este tipo de noticias, es que nunca existe forma de saber claramente cuál es el tipo de psicofármacos que consume y si existe relación entre su consumo y las ideas homicidas que desencadenan determinados hechos luctuosos.

Para terminar, permítanme que en esta pequeña aproximación al mundo de los antidepresivos y sus consecuencias, me haga eco de lo que escribió José Carrión, Catedrático de Biología Evolutiva de la Universidad de Murcia (UMU), en noviembre de 2017 en el Diario La Verdad, en una magistral columna titulada "La depresión como alarma inteligente":

Los antidepresivos, cuyo empleo radica en la idea de una alteración en la neuroquímica cerebral, dirigen la intervención psiquiátrica, aunque la ciencia haya demostrado sus debilidades. Pocos refieren curación con antidepresivos, lo cual supongo que no elimina sus bondades bajo circunstancias excepcionales de riesgo vital. Pero sucede que mucha gente se hace dependiente y, en algunos casos, atraen desagradables efectos secundarios, incluso graves enfermedades. Una simple dosis de antidepresivos puede cambiar la arquitectura cerebral durante casi tres horas, creando perturbaciones en nuestro ejército de neurotransmisores y una cascada fisiológica que lo inunda todo. Nada que interese demasiado a las compañías farmacéuticas, que, con sus miles de lobistas comisionados, financian más del 70% de los ensayos de la FDA, tomando el control de compras, ventas, investigaciones, publicaciones y medios de comunicación.

Y por último recordar al cineasta Robert Manciero, quien con cinco Emmys de la Academia de las Artes, las Ciencias y la Televisión, decidió desvelar en un documental titulado ¿Prescription: Suicide? (¿Prescripción: Suicidio?), las experiencias de seis niños de entre 9 a 16 años “que tras consumir antidepresivos intentaron suicidarse”. Un documental realmente sorprendente, que estrenado en 1998 en Estados Unidos, el país, junto a España que más consume este tipo de pastillas, no deja indiferente a quien lo visualiza

Bibliografía:

Datos medicamentos: el consumo de antidepresivos crece un 40% (rtve.es)
DSalud nº 88 (1998)
ABC 27/12/2004 (Sociedad)
La Opinión de Murcia 27/08/2013 (Sucesos)
El Mundo 01/09/2013 (Crónica)

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