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Lunes 6 de mayo de 2024
Derechos humanos¿Por qué tratamos a las personas como propiedad de sus tiranos?

¿Por qué tratamos a las personas como propiedad de sus tiranos?

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Por Hasanboy Burhanov – Fundador del movimiento de oposición política Erkin O'zbekiston (Uzbekistán Libre)

El 2 de octubre de 2018, Jamal Khashoggi, un periodista disidente saudita, fue asesinado por agentes del gobierno saudita en el consulado saudita en Estambul, Turquía. Sabía que Mohammad bin Salman, el gobernante de Arabia Saudita, quiere su muerte. Entonces, ¿por qué Jamal entró voluntariamente en el consulado saudí y entró en la casa de su enemigo mortal?

La razón es que, tras divorciarse de su mujer, acudió al consulado para obtener un documento que certificara que ya no estaba casado, para poder casarse con su prometida turca. Cualquier país democrático occidental le exigiría el mismo documento para permitirle volver a casarse, y la única manera de obtenerlo es pedirle amablemente al tirano que lo haga.

La situación en la que se encontraba Jamal Khashoggi es una realidad cotidiana para millones de personas que huyeron de sus países. Es posible que hayan huido hace años y hayan construido una nueva vida en Alemania o Francia, pero no están libres de culpa. Un día sus pasaportes caducarían y necesitarían unos nuevos; si no son pasaportes, entonces un certificado de antecedentes penales, un certificado de nacimiento o algún otro documento. Y la única manera de conseguirlo sería pedir a los tiranos de los que habían huido que se lo proporcionaran.

Los documentos legales requeridos por las democracias occidentales se convierten en una palanca que los tiranos emplean para controlar y silenciar a su oposición en el extranjero. Todo emigrante que huye del régimen sabe que si expresa demasiado sus críticas puede arrepentirse cuando su país anfitrión le solicite un documento en papel, para obtenerlo tendría que viajar de regreso a su patria, directamente a los brazos del dictador.

El caso de los certificados de antecedentes penales, exigidos por muchos países de la UE para obtener permisos de residencia, es especialmente revelador. Muchos prisioneros rusos, incluidos pedófilos y asesinos, fueron reclutados por el grupo mercenario Wagner para luchar en Ucrania. A los que sobrevivieron se les borraron sus antecedentes penales; de ahora en adelante, podrían presentar un borrón y cuenta nueva, debidamente respaldado por documentos emitidos por Rusia, ante cualquier investigación de la UE. Al mismo tiempo, Alexey Navalny –el prisionero político más famoso de Rusia– no podrá darse ese lujo: sus antecedentes penales son extensos e incluyen condenas por terrorismo. Si la UE juzga a los inmigrantes potenciales por sus registros en papel, un pedófilo convicto con sangre ucraniana en sus manos les parecerá mucho más preferible que un activista civil, cuyo verdadero delito fue expresar su disidencia.

A veces los dictadores utilizan este poder de forma muy directa. Lukashenko, el dictador bielorruso que perdió las elecciones ante Svietlana Tikhanovskaya, había dejado de expedir pasaportes bielorrusos en el extranjero. Así que, según la actual legislación de la UE, se espera que Svietlana Tikhanovskaya –una vez que expire su pasaporte– regrese a Bielorrusia y le pida a Lukashenko que le expida uno nuevo.

Recomendamos detener la práctica de enviar a ciudadanos de países bajo dictaduras de regreso a sus países cuando necesitan obtener algunos documentos de su país de origen. Estos documentos no son confiables, obtenerlos conlleva riesgos y exigirlos otorga a las dictaduras una influencia indebida sobre sus ciudadanos en el extranjero.

Nosotros recomendamos:

  1. En todos los países democráticos se deberían adoptar modificaciones a las regulaciones que exigen a los extranjeros, al interactuar con el gobierno y organizaciones civiles, presentar documentos con un período de validez limitado de su país de origen. Esto incluye certificados de autorización policial, certificados de estado civil, certificados de nacimiento recién emitidos y otros. Si el país de origen del extranjero se encuentra en la lista de países no democráticos, estos documentos podrán ser sustituidos por una declaración jurada firmada por el solicitante.
  • Se debería adoptar una regulación para todos los procedimientos relacionados con pasaportes, incluidos los cruces fronterizos y los viajes, para los ciudadanos de naciones en la lista de países no democráticos. Esta regulación permitiría el uso de un pasaporte vencido y/o una identificación válida emitida por el país de residencia, como un permiso de residencia u otra forma de identificación.

No deberíamos instar a los emigrantes que huyeron de sus países escapando de la tiranía a regresar con sus opresores para pedirles los documentos necesarios, poniendo en riesgo sus vidas y su libertad.

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