By eric gozlan
Crear vínculos económicos para garantizar la paz es un principio fundamental de las relaciones geopolíticas. El mejor ejemplo es Europa Occidental, que está en paz desde 1945 gracias a acuerdos políticos pero principalmente económicos entre los estados que componen la Unión Europea.
El establecimiento de intereses económicos comunes es un camino creíble para garantizar la estabilidad del Cáucaso Sur, además de obligar a cada parte a reconocer la integridad territorial de su vecino.
Al leer ciertas declaraciones de los líderes de Azerbaiyán y Armenia, queda claro que comparten un objetivo común: poner fin a la guerra de larga data en el Cáucaso Meridional.
Después de que Armenia reconociera a Karabaj como parte de Azerbaiyán y perdiera el control sobre Karabaj durante las operaciones militares de septiembre. Esta pérdida territorial elimina el único obstáculo permanente a cualquier normalización de sus relaciones con Azerbaiyán. Ambos países comparten un objetivo común: sacar del aislamiento al Cáucaso Meridional, una de las regiones menos dotadas de infraestructura del mundo, y aumentar su conectividad con Asia y Europa.
Hasta ahora, la frontera entre Armenia, Azerbaiyán y Turquía está cerrada y, para Azerbaiyán, la exportación de hidrocarburos a Europa depende de las posibilidades de tránsito a través de Georgia.
Paz a través de la economía
La paz económica entre Armenia y Azerbaiyán podría traer numerosos beneficios:
Crecimiento económico: La estabilidad fomenta un entorno propicio al crecimiento económico. Ambos países podrían beneficiarse del aumento de las inversiones extranjeras y la expansión de sus sectores económicos.
Comercio: El fin de las hostilidades facilitaría el comercio transfronterizo, creando oportunidades para la exportación e importación, estimulando ambas economías al expandir sus respectivos mercados.
Cooperación económica: El Cáucaso Meridional tiene una importancia estratégica para la energía. La paz económica podría fomentar la cooperación en el sector energético, facilitando la construcción y el uso de oleoductos e infraestructura energética.
Turismo: La paz elimina los obstáculos relacionados con la seguridad, fomentando el crecimiento del turismo. Ambos países podrían beneficiarse del aumento del turismo, atrayendo visitantes internacionales e impulsando las economías locales.
Creación de empleo: Una economía estable y en crecimiento crea oportunidades de empleo. La paz promovería la creación de empleo en diversos sectores, contribuyendo a reducir el desempleo y mejorar las condiciones de vida.
Infraestructura económica: La cooperación económica podría conducir al desarrollo de infraestructura transfronteriza, como carreteras, puentes y conexiones ferroviarias, facilitando el comercio transfronterizo y fortaleciendo los lazos entre los dos países.
Estabilidad financiera: La paz económica contribuiría a la estabilidad financiera, mejorando la confianza de los inversores y promoviendo el desarrollo del sector financiero.
Corredor Zangezur, Oportunidad de Desarrollo
Si ambas partes acuerdan abrir el Corredor Zangezur, servirá como medio para conectar estos dos países con Turquía, Rusia, Asia Central y Europa. Es importante señalar que tanto la OTAN como Rusia apoyan la apertura de este corredor.
El Corredor Zangezur facilitaría los intercambios comerciales entre los países de la región en un corto período a través de una expansión de las redes de transporte. Esta apertura también incrementaría el transporte internacional en el corredor internacional “norte-sur”, también conocido como corredor “medio”.
Tras la apertura del corredor Zangezur, el atractivo de la región para los inversores no hará más que aumentar.
Países que obstaculizan la paz
Rusia puede ser un obstáculo para la paz. Está bien establecido que Moscú mantuvo deliberadamente el “conflicto congelado” en Nagorno-Karabaj y perpetuó la inestabilidad en la región para preservar su influencia y socavar los intereses occidentales en Eurasia.
Irán lleva años intentando fortalecer su influencia religiosa sobre los ciudadanos de Azerbaiyán. El gobierno de Bakú se mantiene firme contra esta propagación islamista. Para los mulás, el acercamiento entre Bakú y Jerusalén es un crimen y harán todo lo posible para que la apertura del corredor Zangezur no tenga éxito.
La paz económica entre Azerbaiyán y Armenia y la apertura del Corredor Zangezur podrían crear un entorno propicio para la prosperidad mutua, fomentando el crecimiento económico, el comercio y la cooperación en diversos sectores.
